El potencial de América Latina para implementar ciudades limpias 

En el marco de la cumbre del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), varias personalidades hablaron del crecimiento sostenible que debe experimentar América Latina.

Medio ambiente (Foto Pixabay)
Medio ambiente (Foto Pixabay)
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América Latina puede ser la parte del mundo que lidere en el desafío de hacer ciudades más limpias, sin que esto sea sinónimo de perder la funcionalidad de estos espacios, aseguró Nicholas Stern, economista y académico británico, durante su intervención en la agenda Circuito Colombia de la Asamblea 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

Según el académico, la protección de bosques, la restauración de suelos y la inversión en estos ámbitos serían la vía para lograrlo. “América Latina puede ser líder en hacer nuestras ciudades más limpias y funcionales. También en proteger nuestro capital natural, invirtiendo en la tierra, restaurando suelos degradados, protegiendo nuestros bosques, reemplazándolos de manera natural. Existen tantas oportunidades para que América Latina lidere este nuevo enfoque hacia el crecimiento y desarrollo”, manifestó Stern. 

No obstante, Stern advirtió que “el mundo no ha cambiado con la velocidad que esperábamos en los últimos 15 o 20 años”, razón por la cual indicó que hay una mayor urgencia para mantener la temperatura a niveles cercanos al actual. 

Por su parte, Carlos Manuel Rodríguez, CEO del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, organización que cuenta con financiamientos para ayudar a los países a implementar metas y objetivos en las diferentes convenciones ambientales, explicó que, sin duda, el cambio climático es un actor importante tanto en la mitigación como en la implementación del acuerdo de París. 

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“En este contexto, destinamos mil millones de dólares al año para ayudar a los países en la implementación de los acuerdos multilaterales, pero no es una suma alta en comparación a lo que es necesario invertir”, apuntó.  

Rodríguez se refirió a que los US$500 millones al año que se invierten en conservación de la biodiversidad son solamente el 0,5 % de los recursos financieros que se deberían movilizar en este aspecto. Por ello la importancia de la convergencia de los fondos internacionales para tener mayor coherencia e integración entre países que permitan lograr un impacto en la escala que se requiere. Entidades como el BID son clave. 

Los objetivos internacionales de mejores ecosistemas son retadores y muestra de ello es lo expuesto por Mafalda Duarte, CEO de Fondos de Inversión en el Clima, quien recalcó que la proporción de energía renovable para 2040 debe ser de dos tercios del total de energía, pero que para lograr esto se debe trabajar en cómo mover lo generado por estas fuentes a las redes ya existentes.  

Sin embargo, estos retos se convierten en oportunidades, de acuerdo con la perspectiva de Duarte, quien manifestó que la creación de estos mecanismos se podrá traducir en más oportunidades de empleo en sectores clave como el transporte. 

En concordancia con esto, Juan Pablo Bonilla, gerente del sector de cambio climático y desarrollo sostenible del BID, agregó que no se trata de una agenda de medio ambiente, sino de una de crecimiento económico y generación de empleo sostenible. 

Bonilla invitó a “pensar cómo las oportunidades de una recuperación tienen que incluir no solo los temas de sostenibilidad ambiental sino también social”. Además, instó a que se piense cómo la creación de redes desde el sector social pueden ser herramientas para que a futuro se atiendan sucesos como desastres naturales de manera más ordenada. 

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Con respecto al cambio climático, Rodríguez precisó que no se trata de un asunto ambiental, sino también económico, a razón de que problemáticas como la deforestación nacen a partir de una relación costo beneficio que realizan los pequeños productores y las grandes empresas en la que encuentran que es más beneficioso talar. 

Para evitar esto, Bonilla invitó a implementar estrategias para que las comunidades pertenecientes a este entorno estén en capacidad de tener otro tipo de alternativas por medio de lo que se denomina “bioeconomía”. 

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