S&P: Sin importar nuevo presidente, el reto de Colombia es combatir una deuda alta

S&P Global Ratings revisó la perspectiva crediticia de 5 bancos en Colombia
S&P Global Ratings revisó la perspectiva crediticia de 5 bancos en Colombia. Foto: Valora Analitik
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Luego de las votaciones de la primera vuelta a la Presidencia de Colombia, S&P Global Ratings dio a conocer sus principales impresiones sobre el resultado que dejó enfrentados a Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

Una primera gran conclusión, según la agencia calificadora, deja ver que las elecciones del domingo 29 de mayo confirmaron la baja popularidad de los partidos tradicionales en Colombia, que venía empeorando en el pasado reciente.

“Esto dicho, los dos candidatos en la segunda vuelta electoral (uno con campaña de oposición y el otro de independencia partidaria), carecen de una mayoría funcional en el poder legislativo. Quien llegue a la Presidencia, se verá forzado a buscar acuerdos con fuerzas políticas tradicionales, resultado probablemente en una moderación de las propuestas de gobierno y política económica”, explica Manuel Orozco, analista principal de la calificación soberana de Colombia para S&P Global Ratings.

Agrega el comentario que, sin importar quién sea el próximo presidente, los retos son similares: la deuda del gobierno de Colombia es significativamente mayor, mantiene proyecciones de déficits fiscales constantemente elevados “y fuertes presiones de gasto relacionadas con las demandas para fortalecer componentes del gasto social, incluido salud y educación”.

Esto último mientras se mantienen presiones fiscales y el reto apremiante de mantener el dinamismo en la economía requerirán reformas estructurales, lo que refuerza la necesidad de una “agenda pragmática”.

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Por lo demás, desde S&P destacan el recorrido institucional de Colombia, con una democracia sólida, partidos políticos relativamente fuertes, la separación de los poderes, la independencia del Banco de la República, así como los pesos y contrapesos existentes.

Estas características, concluyó Orozco, “deberían de garantizar un grado suficiente de predictibilidad de la política económica, y que en nuestra opinión continúan sosteniendo la calificación de Colombia de BB+ con perspectiva estable”.

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