Trump intensifica su cruzada comercial con nuevos aranceles al cobre y otros sectores estratégicos

Donald Trump anunció más aranceles al cobre que podrían reconfigurar el panorama del comercio internacional. ¿Cuáles son los detalles?

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva serie de aranceles al cobre que podrían reconfigurar el panorama del comercio internacional, al tiempo que intensifica su política proteccionista de cara a las elecciones de noviembre.

Uno de los anuncios más llamativos es la imposición de un arancel del 50 % sobre el cobre importado, una medida que, según analistas, podría impactar gravemente a industrias clave como la de los vehículos eléctricos, la defensa y la infraestructura energética, según información de Reuters.

Durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, Trump también anticipó aranceles inminentes sobre productos farmacéuticos y semiconductores, dos sectores de alto valor estratégico.

En sus declaraciones, el presidente Trump indicó que está “a días” de notificar a la Unión Europea sobre nuevos aranceles, a pesar de que, según él, las conversaciones con Bruselas han sido “positivas”.

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Las reacciones en los mercados no se hicieron esperar: el precio de los futuros del cobre en EE. UU. subió más de un 10 %, mientras que las acciones de empresas farmacéuticas experimentaron caídas luego de que Trump advirtiera sobre posibles gravámenes del 200 % a medicamentos importados, aunque mencionó que esos cambios podrían tardar alrededor de un año en concretarse.

La ofensiva comercial de Trump ha incluido recientemente el envío de cartas arancelarias a 14 países, entre ellos aliados como Corea del Sur y Japón, y ha reiterado su intención de aplicar un 10 % de arancel a productos provenientes de economías emergentes como India y Brasil, ambos miembros del grupo BRICS, de acuerdo con información de Reuters.

El impacto potencial en los consumidores estadounidenses también ha sido analizado. De acuerdo con un estudio del Yale Budget Lab, la tasa arancelaria efectiva que enfrentan los consumidores en EE. UU. se ha elevado a 17,6 %, el nivel más alto desde 1934.

La administración Trump ha defendido estas medidas sobre los aranceles al cobre como una fuente importante de ingresos. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que Washington ha recaudado casi US$100.000 millones hasta la fecha por este concepto, y proyecta alcanzar los US$300.000 millones a finales de año.

Los nuevos aranceles al cobre y otros que impondrá Trump

En medio de esta escalada, Trump afirmó que «al menos siete» nuevos avisos arancelarios serán publicados próximamente, sin detallar aún las industrias o productos afectados.

El bloque europeo, que busca llegar a un acuerdo comercial con EE. UU. antes del 1 de agosto, ha señalado estar dispuesto a ofrecer concesiones en sectores como la aviación, equipos médicos y bebidas alcohólicas.

Sin embargo, algunos funcionarios, como el ministro de Finanzas alemán, Lars Klingbeil, advirtieron que, si no se logra un pacto justo, la Unión Europea responderá con contramedidas.

En Asia, Japón y Corea del Sur —ambos enfrentando amenazas de aranceles al cobre y otras del 25 %— buscan proteger sus intereses. Japón ha dejado claro que no comprometerá su sector agrícola, mientras que Seúl dijo que intensificará las negociaciones en busca de un resultado favorable.

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En paralelo, Estados Unidos y China continúan explorando un marco de entendimiento comercial, aunque los detalles siguen sin estar claros. Trump aseguró que mantiene una “muy buena relación” con el presidente Xi Jinping y elogió el progreso logrado hasta ahora.

La nueva ola de aranceles al cobre y otras materias primas también afecta a países como Túnez, Malasia, Kazajstán, Sudáfrica, Indonesia, Serbia, Bangladesh, Camboya, Tailandia, Laos y Myanmar, con gravámenes que van del 25 % al 40 %, dependiendo del país.

Las estrategias comerciales de Trump siguen generando divisiones dentro y fuera de Estados Unidos. Mientras algunos elogian su dureza frente a lo que considera un “trato injusto” hacia el país, otros alertan sobre el riesgo de represalias y una posible desaceleración global.

Lo cierto es que, con esta nueva ofensiva, el presidente de Estados Unidos busca dejar clara su visión económica de cara a su posible regreso a la Casa Blanca.