Mientras el mundo alcanza cifras récord en el consumo de carbón, Colombia —uno de los principales exportadores de este mineral— atraviesa un panorama de estancamiento y retroceso.
A pesar de contar con más de 70 años de reservas disponibles, según datos de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), el país está perdiendo competitividad frente a otros jugadores internacionales, en gran medida por las cargas tributarias, la incertidumbre regulatoria y las restricciones impuestas por el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón, en el 12° Foro Energético de Andeg, advirtió que la situación del sector es crítica: entre enero y julio de 2025 Colombia exportó 10 millones de toneladas menos de carbón que en el mismo periodo del año anterior (nueve millones de térmico y un millón de metalúrgico y coque).
“Se ha vuelto demasiado costoso producir y exportar carbones colombianos. Mientras la demanda global crece, nuestras exportaciones caen”, sostuvo.
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El dirigente gremial recordó que el consumo mundial alcanzó 8.772 millones de toneladas en 2024 y se proyecta en 8.900 millones para este año, un récord.
“No es cierto que la demanda global de carbones esté cayendo, lo que pasa es que nosotros no somos competitivos”, insistió Cante, al señalar que los impuestos, las mayores retenciones y los obstáculos administrativos han reducido márgenes de operación, afectando tanto a la gran minería del norte como a los pequeños mineros del interior que abastecen sectores clave como la generación eléctrica, el cemento, el acero y los ladrillos.
El golpe se refleja también en las cifras macroeconómicas. Recientemente, Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), destacó -en su cuenta de X- que el PIB minero de Colombia cayó -14,4 % en el segundo trimestre de 2025, con retrocesos de -15 % en carbón, -20 % en oro y -1 % en materiales de construcción.
“La minería es el sector que más decrece en Colombia. El resultado es menos empleo, menos desarrollo y menos competitividad, especialmente en las regiones más vulnerables”, alertó Nariño.
A este panorama se suma la advertencia de Andeg. Su presidente, Alejandro Castañeda, destacó que Colombia cuenta con más de 4.800 millones de toneladas de reservas de carbón, lo que representa más de 70 años de abastecimiento a la tasa actual de consumo nacional (14 millones de toneladas) y exportaciones (74 millones).
Sin embargo, puso en contexto la escala del mercado: “China consume en un año lo que Colombia tiene enterrado en reservas. El gran problema es que aquí nadie mira el carbón, como si no existiera. Hay que pensar cómo aprovecharlo de manera efectiva y responsable”, aseveró.
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El sector minero y energético coincide en que Colombia atraviesa un momento de definición. Mientras países como Alemania o China han tenido que moderar sus metas climáticas para garantizar seguridad energética, el Gobierno colombiano insiste en una transición acelerada que, según los gremios, no ha sido planeada ni estructurada.
Fenalcarbón, ACM y Andeg advierten que, de persistir el actual escenario tributario y regulatorio, el país no solo perderá competitividad en el mercado global del mineral, sino que pondrá en riesgo el suministro interno para la industria y la generación eléctrica.
En un mundo que consume más carbón que nunca, la gran pregunta es si Colombia decidirá aprovechar sus reservas estratégicas o continuará por una senda que, según los gremios, amenaza con marchitar uno de los sectores que más recursos, empleo y seguridad energética aportan al país.