La inflación en Estados Unidos durante agosto se mantuvo estable, de acuerdo con las estimaciones realizadas previamente por la Reserva Federal (FED). Este comportamiento refuerza las expectativas de que el banco central mantenga su hoja de ruta hacia eventuales reducciones en las tasas de interés en los próximos meses.
El informe señala que el índice de precios de los gastos de consumo personal registró un incremento del 0,3 % en agosto. Sin embargo, la inflación subyacente cerró en 2,9 %, luego de un aumento mensual del 0,2 %. Este comportamiento evidencia una relativa estabilidad en el costo de vida, aunque con ciertas presiones que podrían incidir en la política monetaria hacia final de año.
En términos anuales, la inflación mostró un ligero repunte. Mientras en julio de 2025 la tasa se situó en 2,6 %, en agosto alcanzó el 2,9 %. No obstante, la tasa básica se mantuvo en el mismo nivel, lo que sugiere que la FED ha logrado contener en parte los efectos más volátiles de los precios energéticos y de algunos bienes importados.
Por su parte, el PCE destacó que la tasa de inflación media recortada durante los últimos 12 meses fue de 2,65 % a julio. Por tanto, según destacó la BEA, la tasa de inflación general del PCE fue de 2,60 % coincidiendo con la FED.
El informe también destacó el comportamiento de los ingresos personales, que en agosto registraron un incremento del 0,4 %. Esto contribuyó a que el gasto de los hogares mostrara una aceleración del 0,6 %, cifra superior en 0,1 puntos porcentuales a las previsiones de los analistas. Este resultado refleja que, a pesar de la incertidumbre económica, la capacidad de consumo de los hogares continúa siendo un factor relevante para el crecimiento del país.
Aun con estos indicadores, la Reserva Federal mantiene como meta reducir la inflación al 2 % hacia finales de 2025. Sin embargo, las políticas impulsadas por la administración del presidente Donald Trump, particularmente en materia de comercio exterior, generan dudas sobre la viabilidad de alcanzar ese objetivo en el corto plazo.
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El informe puntualiza que los aranceles anunciados por el gobierno han tenido un efecto limitado en los precios al consumidor. Aunque se esperaba que estos gravámenes provocaran un alza más marcada en los costos de bienes importados, varias compañías han optado por acumular inventarios antes de la entrada en vigor de las medidas, lo que ha permitido mitigar parcialmente su impacto. Esta estrategia empresarial ha contenido los incrementos de precios, al menos en el corto plazo, aunque persisten riesgos en caso de que las tensiones comerciales se intensifiquen.
De cara a los próximos meses, los mercados financieros anticipan nuevos recortes en las tasas de interés. Para octubre, existe una expectativa moderada de que la FED anuncie una reducción, aunque las proyecciones para diciembre son más cautelosas debido a la incertidumbre sobre la evolución de la inflación y el panorama político.
En este contexto, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) ya aprobó en septiembre una reducción de un cuarto de punto porcentual en los tipos de interés de los fondos federales. Esta decisión busca sostener la actividad económica y generar condiciones más favorables para la inversión, en un entorno donde la estabilidad de precios sigue siendo un desafío central para la política monetaria estadounidense.