Entrevista | TGI y su propuesta que busca blindar a Colombia del déficit de gas desde 2027

Jorge Henao, gerente de TGI, detalla la planta de regasificación en La Guajira y pide asumir el déficit de gas como proyecto de interés nacional.

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El faltante de gas natural de hasta 117 millones de pies cúbicos diarios (MPCD) en el 2026 ha sido público por el Gestor de Mercado. El riesgo de un déficit superior de gas natural en Colombia a partir de 2027 ya no es un tema de prospectiva, sino un desafío inmediato que amenaza la competitividad del país.

Frente a este panorama, la Transportadora de Gas Internacional (TGI), filial del Grupo Energía Bogotá (GEB), planteó como propuesta de solución una infraestructura de regasificación ubicada en La Guajira, con entrada directa al Sistema Nacional de Transporte desde la Estación Ballena (La Guajira), aprovechando la infraestructura existente para acelerar los tiempos de respuesta y asegurar el suministro.

La propuesta fue presentada en un evento que contó con la participación del ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, quien reconoció la relevancia de la propuesta.

“Somos conscientes del déficit de gas, pero también del interés de buscar soluciones. Por eso esperamos que Ecopetrol manifieste su voluntad política para sacar adelante este proyecto”, afirmó el ministro, dejando claro que la viabilidad de esta solución dependerá precisamente de esa articulación entre el Gobierno, las empresas y los gremios.

El debate no es menor: un desbalance en el suministro de gas afectaría tanto a la industria como a los hogares, encareciendo los costos de la energía y frenando la competitividad del país. Colombia ya ha visto cómo las demoras en infraestructura estratégica pueden impactar la economía, y el tiempo para reaccionar en este caso es corto.

En ese contexto, la propuesta de TGI cobra relevancia no solo como un proyecto técnico, viable y realizable en el corto plazo, sino como la invitación a planear la oferta y la demanda de energía a largo plazo. La discusión, sin embargo, requiere agilidad en las decisiones: se necesitan consensos y voluntad política para avanzar.

Tras el anuncio de TGI, Valora Analitik habló con Jorge Henao, gerente general de la compañía, quien explicó por qué este proyecto podría ser la alternativa más rápida y viable para blindar al país frente a un déficit de gas desde 2027.

¿En qué consiste la propuesta de TGI para enfrentar el déficit de gas?

Se trata de una iniciativa absolutamente factible y que se puede ejecutar en el corto plazo. Durante los últimos cinco años, TGI ha desarrollado estudios de técnicos, oceanográficos y de ingeniería que abarcan 41.000 hectáreas en el litoral de La Guajira.

Lo que estamos haciendo, entendiendo la capacidad de TGI a lo largo y ancho del país, es permitir la entrada de gas natural importado directamente al Sistema Nacional de Transporte, utilizando la infraestructura existente y así entregar mucho más gas al interior, supliendo las necesidades desde los primeros meses del año (2027) y así cubrir el faltante de gas natural.

Desde TGI siempre hemos manifestado la importancia de desarrollar todo tipo de fuentes: gas nacional y también importado. Sin duda, mejorar la tasa de extracción de los campos que se encuentran en explotación es una de las estrategias fundamentales y estamos seguros de que las empresas productoras están frente a esta responsabilidad.

Así mismo, reconocemos y agradecemos esfuerzos como los que hace Ecopetrol para ser más eficiente en su consumo de gas natural para la operación y así liberar mayor volumen para los usuarios.

Respecto a gas importado, el Grupo Promigas también ha venido trabajando en ampliar su planta de regasificación SPEC para entregar hasta 530 MPCD. El país ha venido escuchando de otras soluciones de importación de gas por el Pacífico, por 60 MPCD.

Así que, manteniendo todas estas opciones sobre la mesa, la solución planteada por TGI sigue siendo robusta y la más pronta en el tiempo, frente a otros proyectos que aún se encuentran en etapas de estudio y que además sugieren la reconversión de ductos. El tiempo de otros proyectos de regasificación en la costa colombiana sobrepasa el momento de oportunidad que requiere la demanda (hogares, comercios, movilidad y principalmente la industria).

¿Qué naturaleza tiene el proyecto y cómo se ejecutaría?

Es un proyecto de iniciativa privada enmarcado en el plan de abastecimiento del Gobierno. La inversión para instalar esta facilidad de regasificación es 100 % de TGI.

La propuesta busca maximizar la infraestructura de Ecopetrol y de TGI como empresa incumbente a la solución, lo cual trae beneficios directos a la tarifa, pero sobre todo se puede lograr en un periodo muy corto de tiempo.

¿Cuál es el mecanismo técnico de la solución?

Solución TGI
Solución TGI. Foto: cortesía GEB

Consiste en instalar una unidad flotante de almacenamiento y regasificación de gas natural licuado conocida como FSRU, que se conectaría al ducto Chuchupa B – Ballena, propiedad de Ecopetrol y que llega al Complejo Ballena; desde allí entra directamente al Sistema Nacional de Transporte. Esto permitirá abastecer de manera inmediata al interior del país, sin restricción de transporte.

¿Qué nivel de inversión requiere?

El costo máximo estimado es de US$150 millones. Incluye las facilidades para instalar la embarcación, el sistema de anclaje y de amarre, además de las modificaciones necesarias en la embarcación para conectarla al sistema. La FSRU se manejará bajo un esquema de renta a largo plazo.

¿Qué requisitos deben cumplirse?

TGI cuenta con la exclusividad en firme de la unidad flotante de regasificación (FSRU) que ya está construida y en operación; dicha embarcación estaría arribando al país en diciembre de 2026 para entrar en operación y entregar gas al Sistema Nacional de Transporte en enero de 2027.

Sin embargo, es fundamental que avancemos en tres puntos relevantes: Habilitar el acceso a la conexión con la infraestructura de Chuchupa B – Ballena, concretar el agente agregador de demanda con distribuidores y grandes consumidores y firmar contratos de solicitud de transporte.

Esta oportunidad es única para el país, cualquier otro proyecto que implique una FSRU tendría que esperar disponibilidad hasta final de 2027.

¿Por qué es urgente acelerar este proyecto?

Dsiponibilidad de gas GEB
Disponibilidad de gas. Foto: cortesía GEB

El déficit está plenamente identificado por el gestor de mercado. Se calcula que el faltante pasará de 58 millones de pies cúbicos día en el primer trimestre de 2027, a 117 MPCD en el último trimestre del año.

Colombia no puede depender de una sola planta de importación de gas. En Europa, países como Alemania, España e Italia aceleraron la construcción de múltiples plantas de regasificación tras la guerra en Ucrania, precisamente para garantizar la confiabilidad del suministro, ante la cercanía del gas de Rusia.

Además, el déficit afectará directamente a la industria, el sector que ante cualquier racionamiento sería el último en prioridad de acuerdo con el marco regulatorio que establece criterios de demanda esencial. Industrias como cementeras, cerámicas, hierro y acero, y bebidas se verán impactadas.

En total, unas 3.500 empresas y más de 300.000 empleos formales están en riesgo, adicional al impacto económico que tendría en el precio de este tipo de productos y bienes para los colombianos.

¿Qué beneficios económicos y de seguridad energética traería?

La contratación de gas natural licuado (GNL) a largo plazo permite trasladar al usuario final una reducción de precios entre el 21 % y el 23 %, según la región. Este beneficio proviene de la reducción en el costo de la molécula, que es el componente de mayor peso en la tarifa.

Hoy el precio está en US$16 por millón de BTU y ha llegado incluso a US$24. Con contratos a largo plazo, TGI tiene ofertas de US$10,7 por millón de BTU para 2027. Eso asegura precios más estables y competitivos. Así que planear la demanda a largo plazo y agregar necesidades de volumen de los diferentes distribuidores permitirá hacer mejores negociaciones que trasladen el beneficio al usuario final.

¿Qué medidas temporales adelanta TGI junto con Promigas?

Estamos realizando pruebas para recibir gas a menor presión en el punto de conexión de Ballena. Con esto pasamos de mover 65 MPCD a cerca de 100 MPCD. Es decir, un incremental de 35 millones que podemos ofrecer al mercado para mitigar el faltante en los primeros meses de 2026; sin embargo, no es suficiente.

¿Cómo se está trabajando con Ecopetrol?

Hemos tenido reuniones técnicas con Ecopetrol y hemos dado a conocer la solución a su equipo de trabajo. Estamos seguros de que, siendo una opción para todos los colombianos, Ecopetrol, como empresa del Estado, tendrá la voluntad para trabajar de forma coordinada con TGI y hacerlo realidad.

TGI tiene absoluta flexibilidad para trabajar directamente con Ecopetrol o con cualquier compañía interesada. La unidad flotante se instalaría dentro del área de explotación de la Asociación Guajira, que por 40 años ha permitido la producción de los campos Chuchupa y Ballena. Esa área ya cuenta con un instrumento ambiental que facilita el manejo, procesamiento, transporte y entrega del gas natural.

¿Qué mensaje final quiere dar al sector?

Nuestro compromiso es trabajar en equipo y construir soluciones con el Gobierno, con Ecopetrol y con todos los actores del sector, para que el proyecto logre la decisión final de inversión y esté en operación en enero de 2027. Colombia necesita soluciones rápidas y coordinadas para evitar un desabastecimiento.

¿Qué falta para que esta propuesta se materialice?

La propuesta de TGI ya está sobre la mesa, pero su futuro dependerá de la capacidad de coordinación entre el Gobierno, los gremios y las empresas del sector. Lo que está en juego no es solo un proyecto puntual, sino la garantía de seguridad energética, competitividad y estabilidad económica para Colombia en la próxima década.