Desde 2024, el precio promedio anual de contratos de gas pasó de US$4 por millón de BTU a una cifra superior de US$10, es decir, más que se duplicó el costo del energético en este rubro. Antes de 2023, el valor de los contratos de gas a nivel nacional oscilaba en US$2,80 y US$5,40 por millón de BTU.
Esto se explica porque por los costos de licuefacción (convertir el gas de estado gaseoso o líquido), el transporte marítimo y el proceso regasificación (para volver el gas líquido a gaseoso).
Las cifras de la Bolsa Mercantil de Colombia señalaron que, en 2022, el precio promedio era de US$4,6 por millón de BTU, mientras que en 2024 llegó a US$10.
El gas que se compra desde el exterior mostró precios entre US$14,64 y US$18,39 por millón de BTU, cifras que son superiores a las que se presentan a nivel nacional, así lo reveló Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes.
Fuente: Sergio Cabrales, profesor de Uniandes
A lo que agregó que los costes no se han visto reflejados en las facturas, puesto que siguen en vigencia contratos a precios bajos, que expirarán el 30 de noviembre de 2025.
“El valor de la molécula depende del origen del suministro (producción nacional o importación), de las condiciones contractuales y de la dinámica de los mercados, tanto nacionales como internacionales”, concluyó Cabrales.
Importación para abastecer la demanda a hogares y sector comercial
A mediados de mayo de 2025, la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, ACP, manifestó que el déficit de gas natural incrementaría hasta 2030 a causa de una política energética que no le apuesta a la exploración de hidrocarburos (petróleo y gas).
A causa del déficit en la oferta para abastecer la demanda esencial (hogares y comercio) por falta de exploración, desde diciembre de 2024 se importa gas natural licuado desde la Sociedad Portuaria El Cayao, Spec, filial de Promigas.
El energético en estado líquido se importaba desde antes de 2024, pero solo comenzó a comprarse en el exterior para abastecer a la llamada “demanda esencial” desde diciembre de ese año.
Fabián Osorio, director de análisis de sectores y sostenibilidad de Corficolombiana, advirtió que “la menor actividad exploratoria exacerbó la caída en las reservas de gas que venía desde la década pasada. Más allá de ser la causa, porque la caída en las reservas y en la producción es algo que se venía advirtiendo desde antes de este Gobierno (Petro), fue algo que profundizó esa tendencia, que llevó a la importación para consumo esencial”.
Cabe mencionar que, algunos yacimientos en el territorio continental y en el mar están en declive, debido a su capacidad de producción a lo largo del tiempo. Tanto Ecopetrol como Petrobras ven la posibilidad de rescatar la posibilidad de autoabastecimiento del mercado interno a través del pozo Sirius en aguas del Caribe, el cual significaría la mitad de la producción nacional de gas en 2030.
¿De dónde se importa más gas?
El gas natural licuado se importa desde EE. UU. y Trinidad y Tobago, según lo mencionó el profesor de la maestría en energía y sostenibilidad de la Universidad Javeriana, Camilo Prieto.
Con base en cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, entre enero y agosto de 2025, se importaron US$273,5 millones CIF de gas natural licuado desde Trinidad y Tobago.
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El mercado estadounidense mantiene el liderazgo en materia de importación de energéticos, no solo de gas, sino en gasolina para motores y otros aceites ligeros, entre otros.
“La dominación en el mercado depende de los contratos que se establezcan y los acuerdos comerciales que se hagan entre las empresas”, concluyó Prieto frente a las fluctuaciones que puedan registrar las cifras de importación del energético desde EE. UU. y Trinidad y Tobago.
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