Donald Trump quiere inmortalizarse en el deporte y ponerle su nombre a un estadio de US$3.700 millones

El interés de Trump por poner su nombre a uno estadio de la NFL refleja su intención de dejar un legado en el deporte profesional estadounidense.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió oficialmente que el nuevo estadio de los Washington Commanders, valorado en US$3.700 millones, lleve su nombre.

El proyecto, que será la nueva sede del equipo a partir de la temporada 2030 de la NFL, se construirá en los terrenos del antiguo RFK Stadium, a dos millas del Capitolio, y tendrá capacidad para 65.000 espectadores.

La Casa Blanca confirmó la solicitud a través de su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, quien señaló que “sería un nombre precioso, ya que fue el presidente Trump quien hizo posible la reconstrucción del nuevo estadio”. La funcionaria agregó que el mandatario confía en que su petición se haga realidad.

El Consejo del Distrito de Columbia aprobó el proyecto en septiembre, tras una votación de 11 a 2, lo que permitió que los Commanders avanzaran con los planes de construcción. El equipo aportará US$2.700 millones en fondos privados, mientras que el Distrito de Columbia destinará cerca de US$1.000 millones para obras de infraestructura, transporte y servicios complementarios.

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Franquicias más valiosas de la NFL. . Imagen: Página web oficial Gigantes NY

Trump busca dejar su nombre en el deporte y en la NFL

No es la primera vez que Trump se involucra en decisiones relacionadas con franquicias deportivas.

En julio, amenazó con bloquear la construcción del nuevo estadio si el equipo no recuperaba su antiguo nombre, ‘Washington Redskins’, eliminado en 2019 tras las críticas de grupos nativos americanos y la presión de patrocinadores.

Aunque su amenaza no se concretó, Trump ha insistido en que los equipos deberían “mantener sus tradiciones”, y ha extendido su opinión incluso a otras ligas, como la MLB, donde pidió que los Cleveland Guardians retomaran su denominación anterior de ‘Indians’.

A pesar de estas posturas, el proyecto de los Commanders continúa en marcha con el apoyo de las autoridades locales y federales. El nuevo estadio se levantará sobre un terreno de 174 acres y se convertirá en uno de los recintos más modernos de la NFL.

Su diseño incluirá áreas comerciales, zonas residenciales, hoteles y espacios verdes como parte de un desarrollo urbano integral.

Un negocio multimillonario en expansión

El valor de los Washington Commanders alcanzó en 2025 los US$7.470 millones, según estimaciones recientes, lo que los ubica entre las diez franquicias más valiosas de la NFL. En 2023, el grupo liderado por Josh Harris había adquirido el equipo por US$6.050 millones, una cifra récord en la historia del deporte norteamericano.

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Estadio de los Washington Commanders. Imagen: Facebook Washington Commanders

El monto destinado al nuevo estadio equivale al 50 % del valor actual del equipo y representa la mayor inversión privada en infraestructura deportiva dentro del Distrito de Columbia. De los US$3.700 millones que costará el complejo, cerca del 73 % provendrá de capital privado y el resto de fondos públicos.

En términos comparativos, el presupuesto del nuevo estadio supera al de otros recientes proyectos de la NFL, como el Allegiant Stadium de Las Vegas (US$2.000 millones) o el SoFi Stadium de Los Ángeles (US$5.500 millones), y se convertirá en uno de los más costosos del país.

Además de ser una apuesta deportiva, el proyecto busca generar más de 25.000 empleos temporales durante la construcción y cerca de 3.000 empleos permanentes una vez en operación, según cifras del Consejo del Distrito de Columbia.

Entre la política, los negocios y la marca personal

La relación de Donald Trump con el deporte profesional siempre ha estado marcada por su intento de vincular su nombre con grandes escenarios o ligas. En la década de los ochenta, fue propietario de los New Jersey Generals en la antigua USFL, y en los últimos años ha expresado su deseo de “dejar huella” en los principales deportes estadounidenses.

El eventual ‘Trump Stadium’ se convertiría en un caso sin precedentes dentro de la NFL: un recinto con el nombre del presidente en ejercicio. Sin embargo, la decisión final no depende únicamente de los Commanders.

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El Servicio de Parques Nacionales, encargado de administrar los terrenos federales donde se construirá el complejo, también tiene poder de aprobación sobre el nombre del estadio.