De acuerdo con un informe realizado por Bbva Research, si el financiamiento tiene su mayor incidencia en el recaudo mediante el IVA, probablemente con la ampliación de la base de productos que lo pagan, el efecto sobre la confianza inicial se traducirá rápidamente en menor consumo durante el primer semestre de 2019 lo que derivaría en “un sesgo negativo sobre nuestra previsión de crecimiento para Colombia”, que es de 3,3%.
Los analistas aseguran que están esperando una senda decreciente del déficit fiscal, como porcentaje del PIB, desde un 3,1% en 2018 hasta 2,4% y 2,2% en 2019 y 2020, respectivamente, en línea con la regla fiscal. Pero advierten que este escenario supone el logro de unos ingresos adicionales por 0,5% del PIB en 2019 y del 1,0% del PIB en 2020, además de una exigente reducción del gasto contemplada en las proyecciones de mediano plazo presentadas por el Gobierno en julio de este año.
Para Bbva Research existen dos escenarios de consecución de recursos en los cuales los impactos reales sobre la demanda interna o son muy bajos o son muy repartidos en el tiempo. El primero de estos considera que, si se aprueba un financiamiento que contenga una baja carga tributaria y, a cambio, se establece la venta de activos nacionales (privatizaciones), el efecto sobre la demanda interna será bajo, limitándose a una reducción de la confianza a corto plazo por la incertidumbre sobre la reforma.
La segunda opción válida es la que estipula que, si se aumentan los impuestos directos a las personas, con una ampliación de la base de tributantes o de los ingresos a tributar o con mayores tarifas a las personas de altos ingresos, o con una combinación de estas medidas, el efecto sobre la confianza se transmitirá lentamente en menores decisiones de consumo, pero con efectos bajos a corto plazo y muy repartidos hasta septiembre de 2020.
En materia de crecimiento, Bbva Research cree que el 2018 será el último año en el que el Producto Interno Bruto (PIB) ampliará su brecha negativa y espera que a partir del 2019 el crecimiento de la economía colombiana supere el 3%. Este crecimiento estaría impulsado, principalmente por el sector constructor, el empresarial y el agropecuario.
Así mismo, la inflación ha tenido un comportamiento estable durante todo el año, tanto así que terminará el 2018 un poco por encima del 3%, meta del Banco de la República, e incluso durante los primeros meses de 2019 esta podría caer a niveles por debajo del 3%. Sin embargo, los analistas consideran que existe una probabilidad de tener un fenómeno de El Niño desde finales de este año y que podría extenderse hasta mediados de 2019, con consecuencias negativas en la inflación de alimentos. Por otro lado, una depreciación del tipo de cambio mayor a la esperada podría afectar la senda de inflación de los productos transables. Estos dos riesgos, si se materializan, podrían elevar la inflación en 2019, y dependiendo de su efecto en las expectativas de inflación, también afectarían la senda de tasas de interés.
El estudio asegura que a partir de la mitad del 2019 se empezarán a ver los cambios en la tasa de política monetaria del Banco de la República la cual permanecería estable en 4,25% en lo que queda del año. Sin embargo, para 2019 estiman que esta tasa puede alcanzar el 4,75% y que para 2020 llegará al 5%.
Estas proyecciones de carácter monetario podrían verse afectadas por disrupciones fiscales o externas, así como el riesgo de una reforma tributaria que impacte nuevamente la confianza de consumidores y trunque, aunque sea parcialmente, la recuperación del gasto en la economía, postergando el cierre de la brecha del producto y, por consiguiente, aplazando el ajuste al alza en tasas.
En materia cambiaria, los investigadores revisaron al alza su perspectiva de tipo de cambio a corto plazo y la ubicaron en $2.960, $80 por encima del cierre anteriormente previsto. Para 2019 la proyección del dólar es de $2.900.
Los expertos consideran que en los próximos meses se podrá ver una reducción del estrés en economías emergentes que darán pie a nuevas entradas de inversionistas y permitirán un escenario de apreciación, limitada por las compras de reservas del Emisor.
Por otra parte, para lo que resta de 2018 y 2019, el incremento de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) mantendrá el tipo de cambio próximo a su cierre de 2018 y sólo hasta el segundo semestre de 2019 se anticipa una apreciación del tipo de cambio local, buscando converger a su nivel de largo plazo de 2.900 pesos dólar.