Durante la presentación del Informe de Política Monetaria en el Congreso, el gerente general del Banco de la República, Juan José Echavarría, dijo que el punto de quiebre para que la inflación baje se empezaría a dar en el primer trimestre de 2020.
“Nuestra mejor información es que entre febrero y marzo de 2020 se presente el quiebre y empecemos a ver mejores cifras en materia de alimentos porque los choques inflacionarios de alimentos son transitorios”, dijo Echavarría.
Señaló también que, a pesar de que la inflación total ha venido aumentando, la básica aún está cerca de la meta del 3 %.
“La inflación ha seguido subiendo, ha venido situándose cerca de 3,8 % la total. Sin embargo, la inflación básica está cerca de 3,2 % y esperamos que la inflación vuelva a promedios cercanos al 3 % a finales del año entrante”, dijo Echavarría.
El gerente dijo también que el incremento del salario mínimo ha tenido un impacto significativo en la inflación.
“El salario mínimo es otro choque que ha enfrentado la inflación. Que el salario suba el 6 % tiene un impacto sobre el indicador y fomenta el desempleo e informalidad. A mí me gusta la fórmula que dice que el salario mínimo debe subir en relación con la inflación esperada más la productividad”, dijo el gerente.
En el Informe de Política Monetaria, el Banco de la República espera que la inflación baje y se acerque a la meta del 3 % en 2020.
En materia de crecimiento, Echavarría dijo que el 3,2 % esperado para 2019 y el 3,3 % proyectado para 2020 por parte del Equipo Técnico del emisor es positivo, pero insuficiente.
“Las proyecciones del Equipo Técnico no son cifras maravillosas, pero teniendo en cuenta el contexto y las condiciones internacionales, crecer por encima del 3 % es positivo”, dijo Echavarría.
Debido a lo anterior, el gerente del emisor espera que la tasa de política monetaria se mantenga estable durante los próximos meses.
«Es predecible y deseable que las tasas se puedan mantener estable unos meses más», dijo.
El gerente finalizó afirmando que el déficit de cuenta corriente sigue siendo alto, pero reiteró que no es un problema determinante porque está siendo financiado por la inversión extranjera directa.
“Uno quisiera que no tuviéramos un déficit de cuenta corriente de 4,4 % del PIB, el cual es muy alto en el ámbito internacional. Ojalá se vaya cerrando, pero no quisiéramos frenar la economía para arreglar la cuenta corriente”, concluyó.
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