Dentro del Informe de Política Monetaria, el Banco de la República estima que el déficit de cuenta corriente en 2019 fue de 4,3 % del PIB y que el indicador se expandirá hasta el 4,4 % del PIB en 2020.
“Para las importaciones de bienes se prevén ritmos de expansión anuales algo inferiores a los de 2019, debido a que se espera una moderación en el ritmo de crecimiento del gasto de los hogares y de la inversión, esta última con una recomposición a favor del sector no transable. En relación con las exportaciones, se estima un repunte modesto durante el año, inducido por el incremento en los precios y volúmenes de exportación del café y oro, mayores cantidades exportadas de petróleo y por una ligera recuperación de los socios comerciales de Colombia, factores que serían parcialmente compensados por la caída en los precios y las cantidades exportadas de carbón”, dice el texto.
Añade que las mayores remesas de trabajadores y el ajuste a la baja de las utilidades de las empresas extranjeras continuarían contrarrestando la ampliación del desbalance externo.
El déficit en cuenta corriente proyectado para 2020 (4,4%) sería menor que el previsto en el informe de octubre (4,6 %), por cuenta de un panorama más favorable para los precios de los principales productos de exportación (con excepción del carbón).
“Se espera que continúen los flujos de capital hacia empresas cuya actividad se concentra en el mercado interno, conforme al desempeño pronosticado del crecimiento económico durante estos dos años. Además, los ingresos de capital hacia el sector petrolero se mantendrían con el fin de sostener o aumentar los niveles de producción. Durante estos años el país conservaría el acceso a otras fuentes de financiamiento externo, tales como el endeudamiento y los flujos de portafolio, debido a que las tasas de interés internacionales se mantendrían relativamente bajas y las primas de riesgo se ubicarían por debajo de su promedio histórico”, explica el informe.
De otro lado, el emisor estima que la brecha del producto de Colombia en 2019 se redujo desde el -1 % del PIB hasta el -0,7 % del PIB.
“El efecto positivo de la Ley de Financiamiento sobre la inversión habría favorecido la acumulación de capital, elevando la capacidad productiva de la economía. Al incorporar estos elementos, el equipo técnico concluyó que su efecto neto fue una reducción de la estimación de la capacidad productiva en 2019 respecto al informe anterior, lo cual llevó a una revisión al alza en la estimación del uso de dicha capacidad en ese año”, indica el texto.
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