La proyección de crecimiento global para 2019 fue recortada por el Banco Mundial hasta 2.6 por ciento, 0.3 puntos porcentuales por debajo de sus previsiones anteriores, “que reflejan un comercio e inversión internacional más débil de lo esperado en el inicio del año”.
Proyecta que el crecimiento llegará gradualmente a 2.8 por ciento para 2021, predicando condiciones de financiamiento global benignas continuas, así como una modesta recuperación en mercados emergentes y economías en desarrollo (EMDE por su sigla en inglés) anteriormente afectados por la presión del mercado financiero.
Sin embargo, dijo la entidad que el crecimiento de los EMDE se ve limitado por la tenue inversión.
Los riesgos también están firmemente a la baja, dijo, lo que refleja en parte la posibilidad de desestabilización por los desarrollos políticos, incluyendo una mayor escalada de las tensiones comerciales entre las principales economías y una turbulencia financiera renovada, además de una desaceleración más aguda de lo esperado.
Por tanto, advirtió que es urgente que los EMDE refuercen las políticas y creen resiliencia a posibles choques negativos, y para implementar reformas que promuevan la inversión privada y mejoren la eficiencia del sector público.
El reporte del banco mundial señaló que la deuda de los gobiernos ha aumentado sustancialmente en los EMDE, en un promedio de 15 % del PIB desde 2007 a 51 % del PIB en 2018.
Al respecto, dijo que el costo de la renovación de la deuda puede aumentar considerablemente durante los períodos de estrés financiero y dar lugar a crisis financiera.
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