A pesar de los aranceles de Estados Unidos, el café colombiano sigue teniendo una ventaja frente a sus principales competidores en el mundo: Brasil y Vietnam.
Así lo aseguró en conversación con Valora Analitik, Gustavo Gómez, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), quien analizó la coyuntura actual del sector cafetero, los retos internacionales y las perspectivas de mercado para el 2025.
¿Cómo están actualmente las exportaciones del sector cafetero en Colombia y cómo se ha comportado la producción?
Este año y desde el año pasado he dicho en varias entrevistas que el café está salvando la patria, y es verdad. No solo por las exportaciones —que en lo corrido del año van en 9,8 millones de sacos, un 11 % más que el año pasado— sino porque, aunque los precios internacionales se han mantenido altos, el valor de las exportaciones ha sido el más alto de toda la historia: más de US$5.500 millones. Estos recursos llegan directamente a los productores y dinamizan la economía de los 600 municipios cafeteros del país.
¿Qué factores explican ese buen momento para el café colombiano?
Hay dos elementos fundamentales. Primero, problemas de producción en Brasil y Vietnam, que redujeron la oferta mundial de café. Cuando quitas a esos dos jugadores, el siguiente proveedor es Colombia, pero nuestra capacidad de producción —unos 13 millones de sacos— no alcanza para suplir lo que producen Brasil (60 millones) y Vietnam (30 millones).
Además, las tensiones comerciales globales han generado urgencia en los compradores, que buscan asegurar su café lo antes posible. Esto ha elevado los precios en los contratos de entrega inmediata.
En el caso de Estados Unidos, históricamente el café colombiano ha tenido cero arancel. ¿Qué está ocurriendo ahora?
El café colombiano entra sin arancel a más de 100 países, pero Estados Unidos hoy aplica un arancel del 10 % a nuestro café verde, producto de las políticas comerciales de la administración Trump. Pese a eso, seguimos siendo competitivos, porque Brasil enfrenta un arancel del 50 % y Vietnam del 20 %.
¿Ese arancel del 10 % ha afectado las exportaciones a Estados Unidos?
Aunque la medida es reciente —desde agosto— ya se ven efectos. Las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos han aumentado un 10 %, mientras que las de Brasil han caído un 20 %. En cambio, Brasil está enviando más café hacia Europa y Asia.
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Eso demuestra que hay un reacomodo de flujos comerciales. Además, el café colombiano ha ganado valor: hay mayor apetito por nuestro grano y una prima más alta respecto al café brasileño, lo que mejora los ingresos para los productores nacionales.
¿Prevén que esa tendencia se mantenga?
Es difícil saberlo. En el caso de Brasil, el tema de los aranceles tiene un fuerte componente político. Aunque hay iniciativas en el Congreso estadounidense para reducirlos, la decisión final depende del presidente Trump.
Y políticamente, a Lula no le conviene ceder en ese punto, porque el discurso de confrontación con Estados Unidos le ha fortalecido internamente. Además, Brasil tendrá elecciones presidenciales el próximo año, así que esa tensión probablemente continuará.
¿El sector privado colombiano ha tenido conversaciones con Estados Unidos sobre este tema?
Sí. Hemos estado en contacto con la National Coffee Association —la Asociación de Tostadores de Café de Estados Unidos— y con el Congreso de ese país. Ellos han manifestado apertura para considerar al café como producto de cero arancel, dado que Estados Unidos no produce café y nuestras exportaciones generan empleo y desarrollo allá. Sin embargo, aclararon que depende de la negociación entre gobiernos.
Es decir, corresponde al Gobierno colombiano estrechar los lazos diplomáticos y mostrar voluntad en temas que preocupan a Estados Unidos, como la migración y el narcotráfico. Siempre decimos que el enemigo no es Estados Unidos, sino el narcotráfico, y que trabajar juntos permitiría alcanzar ese 0 % de arancel, lo que sería fantástico para las familias cafeteras.
Actualmente, ¿qué porcentaje de las exportaciones de café colombiano va a Estados Unidos?
Alrededor del 40 %. Es nuestro principal destino. La Unión Europea es el segundo mercado, con aproximadamente el 24% de las exportaciones, y ha venido creciendo cerca de un 19,5 %.
En el caso de Europa, el tema clave parece ser el de la deforestación.
Exactamente. En Europa, lo importante no son los aranceles sino la admisibilidad, y eso pasa por la normativa EUDR o “cero deforestación”. Esta exige que todo producto exportado demuestre que no está vinculado con la deforestación. En esto, Colombia ha hecho un gran trabajo entre sector público y privado, y estamos mejor preparados que muchos países competidores. Eso aumenta el interés por nuestro café, especialmente en países como Alemania y Suiza, que son grandes centros de procesamiento.
¿Esto se relaciona con el Pacto Verde Europeo?
Sí, la política de cero deforestación hace parte del Pacto Verde, que incluye estrategias como “De la granja a la mesa” y busca reducir la huella de carbono a cero para 2050.
¿Cómo están viendo el mercado asiático y qué papel juegan los proyectos portuarios como Chancay o Buenaventura dentro de la ruta de la seda?
Asia ha crecido de forma notable. Hace algunos años no figuraba entre los principales destinos, y hoy representa cerca del 15% de nuestras exportaciones, incluyendo Japón, Corea y China.
En China, el consumo de café —sobre todo entre jóvenes— ha venido aumentando, lo que augura un mercado en expansión. Sin embargo, aún representa solo un 10 % del volumen que enviamos a Estados Unidos.
En China tenemos aranceles de 8% para café verde, 15 % para tostado y 12 % para soluble, mientras que Japón y Corea aplican cero arancel. Es un tema que debemos trabajar diplomáticamente.
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