Evert Montero, presidente de la Federación Colombiana de Empresarios de Juegos de Suerte y Azar (Fecoljuegos), expresó en diálogo con Valora Analitik la crisis que vive este sector, el alto riesgo y latente amenaza de cerrar un gran número de casinos y bingos en el país, como consecuencia del aislamiento por Covid-19.
Montero explicó que este es un gremio que tiene aproximadamente 365 operadores con licencia con el Estado y es operado por particulares, pero la gran mayoría, cerca de un 70%, corresponde a pequeñas y medianas empresas familiares.
De esta manera, alertó el riesgo que existe para la sostenibilidad y existencia de 2.765 establecimientos de este tipo, pues “la idea que se tiene de grandes casinos como en Las Vegas en EE. UU. no es la realidad de Colombia pues hay una oferta más pequeña y reducida. En el país hay apenas 89.000 máquinas y elementos de juego”.
A su vez, explicó que los casinos y bingos generan cerca de 60.000 empleos en la cadena del sector, los cuales peligran por la extensión del cierre de sus operaciones. El año pasado, se contribuyó al Estado con $600.000 millones por la actividad de estos establecimientos, de los que $400.000 millones fueron directamente para la salud de los colombianos y los demás $200.000 millones se destinaron en IVA.
“En estos tres meses de aislamiento hemos dejado de transferir $135.000 millones, $90.000 millones por conceptos de derechos de explotación y $45.000 millones por IVA”, aclaró Montero.
Así mismo, explicó que, contrario a otras actividades sociales, en una época de funcionamiento normal en casinos y bingos en Colombia, “no llegamos al 50% de los aforos y menos de la mitad del espacio se utiliza. Nosotros entendemos, compartimos y respetamos las decisiones del Gobierno para proteger la salud de los ciudadanos, pero somos un sector donde no hay filas a las entradas ni salidas. En una mesa de juego hay distanciamiento, no hay multitudes y esto es importante que el público lo conozca”, dijo.
También mencionó que ya se cuenta con todos los protocolos de bioseguridad que ya se presentaron con rigurosidad al Ministerio de Salud desde inicios de mayo en los que se incluye “mantener el distanciamiento social, el diseño con barreras laterales y espacios entre máquinas y en las mesas de juego se reduciría la cantidad de apostadores, lo que ayuda al tema. Esperamos que el Gobierno entienda más sobre esta situación particular, pues hay bajas posibilidades de riesgo de contagio y existe una cadena de valor agregada muy importante”, expresó el presidente de Fecoljuegos.
Bajo este panorama y la grave crisis que enfrenta el gremio, Montero también explicó que el 90% de los operadores ya ha manifestado estar ilíquido pues tienen locales en arriendo que no han recibido mayores posibilidades de alivios y solo un 5% ha logrado créditos con el sector financiero.
Así mismo, un 30% ya ha entregado locales y puntos de venta “y yo creo que, en este momento de crisis, muchos más estarían tendiendo a desaparecer”, afirmó.
Para atender su situación, Montero espera que pronto tengan la atención del Gobierno Nacional pues si bien los casinos y bingos no son una de las actividades consideradas como esenciales, los 60.000 empleos y cerca de 250.000 personas que dependen de los ingresos del sector claman por una solución a su actualidad.
“En otros países ya los casinos abrieron pues somos una actividad que perfectamente puede funcionar con un mínimo riesgo de contagio. Estamos abocados a que no terminemos de entrar en quiebra en un sector en el que el 80% de empleos que se generan son de madres de cabeza de familia y primer empleo. Vivimos del día a día, del flujo de caja diario para los costos de funcionamiento, con máquinas que tienen costos de entre US$15.000 y US$30.000, con cuotas pagadas en dólares, y esos precios se han disparado por el alza de la tasa de cambio”, concluyó Montero sobre la realidad del gremio, otra de las víctimas del Covid-19 en Colombia.
—