El desempleo en Colombia continúa descendiendo y alcanzó en agosto de 2025 su nivel más bajo en más de dos décadas. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa nacional se ubicó en 8,6 %, por debajo del 9,7 % registrado en el mismo mes de 2024 y del 8,8 % de julio.
La directora del DANE, Piedad Urdinola, destacó que se trata de la cifra más baja para un agosto desde 2001 y señaló que el mercado laboral ha tenido un comportamiento favorable durante el año.
De hecho, la entidad reportó la creación de cerca de 400.000 nuevos empleos, impulsados por sectores como manufactura, construcción, transporte, administración pública y actividades financieras.
Estas cifras consolidan un escenario de recuperación del empleo, sin embargo, detrás de estos números hay señales de alerta que ponen en duda la sostenibilidad de esta mejoría.
La otra cara del desempleo en Colombia
El Instituto de Ciencia Política (ICP) analizó las cifras del mercado laboral y señaló que, aunque los indicadores macroeconómicos tradicionales sugieren un panorama alentador, la mejora en el empleo constituye una “ilusión del empleo: atomización y precarización laboral”.
El informe sostiene que la caída del desempleo en Colombia es un “espejismo estadístico”, ya que “el crecimiento del empleo enmascara una precarización y atomización sin precedentes del mercado laboral”.
El estudio detalla que el aumento de la población ocupada, que llegó a 23,9 millones de personas (un incremento de 766.000 frente al año anterior), se explica principalmente por la explosión del trabajo por cuenta propia, que representa el 40,8 % del total de ocupados, es decir, 9,8 millones de personas.
El ICP precisa que este crecimiento “no se interpreta como un signo de dinamismo emprendedor”, ya que estas ocupaciones “son poco intensivas en capital y reflejan una ocupación particular, atomizada y no la creación de empleo por parte del sector empresarial”. En consecuencia, el fenómeno se considera una manifestación de “búsqueda de subsistencia ante la falta de alternativas laborales”.
La expansión del trabajo por cuenta propia coincide con una disminución de 117.000 empleadores entre julio de 2024 y julio de 2025. Para el Instituto, este hecho confirma que “el crecimiento de la ocupación se da a través del autoempleo y no de la formación de empresas capaces de absorber la fuerza laboral”.
El informe también destaca que la informalidad nacional se mantiene en torno al 55 %, con sectores de alto crecimiento económico que operan con los mayores niveles de empleo informal. “La expansión de la actividad económica no está ocurriendo a pesar de la informalidad, sino a través de ella”, indica el documento.
Crecimiento de la inactividad
El Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana también presentó un diagnóstico que coincide en señalar que la reducción del desempleo en Colombia no refleja necesariamente una mejora estructural del mercado laboral.
Según el análisis, la caída en la tasa de desocupación se explica principalmente porque “crece la inactividad”, es decir, hay menos personas buscando empleo.
La población por fuera de la fuerza laboral llegó a 14,6 millones de personas en agosto de 2025, lo que representa un aumento de 422.000 frente al año anterior.
El observatorio señala que esta inactividad tiene un “fuerte sello femenino”, con 250.000 mujeres adicionales dedicadas a oficios del hogar y tareas de cuidado no remuneradas.
El informe también evidencia que la informalidad urbana subió de 42,9 % a 43,4 % entre 2024 y 2025, y que persiste una brecha de género en la tasa de desempleo: 11,2 % en mujeres frente a 6,7 % en hombres, con marcadas desigualdades regionales.
Mientras ciudades como Medellín, Cali o Villavicencio muestran niveles cercanos al pleno empleo, regiones como Quibdó, Riohacha o Ibagué mantienen tasas críticas de desocupación.