La devaluación de la moneda afghani frente al dólar tras el colapso de Afganistán

Durante la primera semana del mes el afghani mantuvo cotizaciones frente al dólar que oscilaron entre los 79 u 80 afgani por cada dólar.

Dólar. FOTO: Pixabay

Desde los primeros días de agosto, los mercados de Afganistán hacían evidente que algo no marchaba bien. Durante la primera semana del mes el afghani mantuvo cotizaciones frente al dólar que oscilaron entre los 79 u 80 afgani por cada , pero para el diez de agosto la moneda comenzó una escalada hasta los 81 afganí y mantuvo precios superiores en las transacciones de los inversionistas.

Para ese momento ya se preparaba el retiro de las tropas de Estados Unidos de Afganistán, una determinación que tomó el exmandatario Donald Trump en 2018 y a la que el presidente demócrata Joe Biden no dio marcha atrás, argumentando que el objetivo de la invasión a ese país de Medio Oriente en 2001 fue la lucha contra el terrorismo, no la democracia. (Ver más de Internacional)

A medida que las tropas extranjeras, con efectivos estadounidenses, de la OTAN y de potencias de la Unión Europea se preparaban para abordar los aviones militares, los talibanes avanzaban en la reconquista de las ciudades y, con esto, comenzaba la incertidumbre en los mercados.

El viernes 13 de agosto el Banco Central dejó de recibir envíos de dólares. Ajmal Ahmady, quien hasta este fin de semana fue presidente del Banco Central, sostuvo reuniones con los inversionistas el sábado para calmar a los mercados, pero era demasiado tarde: la suspensión de la entrada de divisas aumentó el pánico.

Ese día la moneda se disparó desde los 81 afghani por cada dólar que había mantenido en su cotización hasta tocar un precio cercano a los 100 afghani. Al cierre de la jornada retomó, en cierta medida, la estabilidad y llegó a oscilar en los 86 afghani por cada dólar, una cotización que se mantiene en niveles cercanos para este martes 17 de agosto.

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“El sábado mantuve reuniones para tranquilizar a los bancos y a las casas de cambio. No puedo creer que eso fue un día antes de la caída de Kabul. Ese día, en la noche, mi familia llamó para decir que la mayoría del gobierno ya se había ido. Me quedé estupefacto”, detalló Ajmal Ahmady.

Ahmady, un experimentado economista, quien estudió en Harvard, fue una de las tantas autoridades del antiguo gobierno de Afganistán que tuvo que exiliarse del país con la toma del poder por parte de los talibanes, un grupo que surgió en los 90 y que promueve una línea dura del islam sunita.

La preocupación por la economía trasciende la cotización de la moneda: el Banco Central tendrá una nueva directiva de los talibanes, el flujo de dólares es escaso y la gente hace largas filas en los bancos sin encontrar efectivo, según se detalla en una imagen divulgada por Zero Hedge.

Los inversionistas de Afganistán centran su atención en los mercados de su vecino, Pakistán, donde el gobierno trazó un sistema de estabilización del precio del dólar desde marzo. Por ahora, el afghani se perfila como una moneda de carente valor en el mercado por inexistente legitimidad democrática de quienes tomaron el control del país.

En 2018, en el marco de las negociaciones para el retiro de las tropas de Estados Unidos, los talibanes prometieron no atacar a los efectivos norteamericanos y dijeron que impedirían la influencia del terrorismo del país. En febrero de 2020 se dio luz verde al fin de la guerra librada por Estados Unidos en Afganistán y para 2021 Biden ratificó la decisión de su antecesor, una jugada que deja en vilo, otra vez, la estabilidad de Medio Oriente.

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