Luego de tocar tierra el domingo, Dorian mantiene su furia al convertirse en un huracán de categoría 5, la más peligrosa, con vientos cercanos a los 300 km por hora. El poderoso huracán está ahora a poco más de 100 millas de Florida mientras sigue acechando y causando destrucción en Bahamas, según el boletín más reciente del Centro Nacional de Huracanes (CNH).
El huracán estaba este lunes a 35 millas de Freeport, en la isla Grand Bahama, y a 120 millas de West Palm Beach (Florida) y se movía a una velocidad de 1 mph, lo que sigue dejando un «impacto devastador» en esta isla.
El cono de trayectoria oficial de la tormenta incluye zonas costeras al norte de Florida desde West Palm Beach. Aunque Dorian disminuyó sus vientos en las últimas horas, sigue siendo un «extremadamente peligroso» huracán de categoría 5, advirtió el CNH.
Aunque este huracán ha esperado a estrenar mes para hacerse más grande, su origen se remonta a una semana atrás, cuando el pasado 24 de agosto una onda tropical comenzó a intensificarse en dirección a las Antillas Menores, alcanzando finalmente la categoría de huracán el día 28.
Las ondas tropicales, también conocidas como olas tropicales, son áreas alargadas de relativa baja presión, que se orientan de norte a sur y se mueven de este a oeste a través de los trópicos. Esta situación provoca que el aire suba más rápido, pudiendo darse el caso de que en el proceso se encuentren vientos en direcciones y temperaturas opuestas. Como resultado, se forma un remolino, en cuyo centro la presión sigue disminuyendo a medida que aumenta la velocidad del viento.
Esto es lo que ocurrió a Dorian, que no tardó en escalar en la clasificación, alcanzando la categoría 4 el día 31 y la 5 solo un día después. Estas cifras hacen referencia a la intensidad del huracán, en relación con la velocidad que alcanza y la destrucción que deja a su paso.
Así, si se encuentra en grado 4 significa que alcanza vientos de entre 210 y 250 Kilómetros por hora y genera daños extremos, mientras que al pasar a 5 los vientos son aún más veloces y el nivel de destrucción es catastrófico.
En esta ocasión, a primera hora del domingo el huracán ya alcanzaba vientos sostenidos de 297 kilómetros por hora y rachas de hasta 354 km/h.
Aunque se originó en alta mar, no tardó en tocar tierra, convirtiéndose en la segunda tormenta más fuerte que se ha registrado en el Océano Atlántico, después del huracán Allen, cuyos vientos sostenidos llegaron a mantenerse a 305 kilómetros por hora. Además, junto con el Huracán del Día del Trabajo de 1935, calificado de este modo por no haberse empezado a denominar aún con nombres de personas, se sitúa como el más fuerte del Atlántico que ha tocado tierra.
(Con información de Telemundo)
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