Ante el incremento de los riesgos bancarios, la tokenización de las tarjetas débito y crédito ha elevado la seguridad de las operaciones financieras.
La posibilidad de llevar a cabo pagos digitales y sin contacto con tarjeta es un fenómeno que crece en todos los países a pasos agigantados. Poder realizar una compra con tan solo un clic desde una computadora o celular, desde el hogar o en cualquier parte del mundo, ha revolucionado la forma en la que los usuarios manejan sus finanzas y los comercios, sus negocios.
Sin embargo, los avances tecnológicos también traen nuevas amenazas en lo que respecta a ciberataques y fraudes. Esto genera grandes dolores de cabeza, no solo a los usuarios sino también a las entidades bancarias, para las que la seguridad se ha transformado en una prioridad.
Frente a este panorama, la tokenización de las tarjetas bancarias, ya sean de débito o crédito, se presenta como una herramienta fundamental que utiliza la tecnología para elevar la seguridad de las operaciones financieras a nivel global.
En Colombia, donde se evidenció un aumento progresivo en las ventas en línea según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, podría implementarse para ayudar a prevenir el riesgo de fraude gracias a sus múltiples beneficios en materia de seguridad.
Es por ello que desde Veritran, compañía global de tecnología, pionera en el desarrollo de soluciones digitales para la industria financiera, explican qué es la tokenización y cuáles son las ventajas que trae su implementación para los bancos.
¿Qué es la tokenización y cómo funciona?
La tokenización es una tecnología utilizada en los procesos de pagos digitales para proteger los datos y reducir la cantidad de sistemas que tienen acceso a la información del titular de la tarjeta, elevándose así la seguridad.
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Este servicio permite que los datos sensibles del cliente, como los dígitos de la tarjeta de crédito o de su cuenta, no sean visibles durante la transacción y en cambio que lo que se genere sea una representación simbólica de los mismos, llamado token.
En otras palabras, se convierten los datos de las tarjetas de crédito y débito bancarias a estos caracteres alfanuméricos generados de manera aleatoria. La información original no está expuesta, por lo que no hay forma de conocerla, y la codificación que la protege también es prácticamente imposible de interpretar, reduciendo al mínimo los riesgos de vulnerabilidad.
Beneficios para los usuarios: practicidad y seguridad
Las virtudes de esta tecnología son innegables: la tokenización de los pagos está ayudando a dinamizar las transacciones, sin descuidar los protocolos de seguridad. De esta forma, los pagos digitales continúan siendo elegidos por los usuarios gracias a su facilidad de uso, pero sin tener que preocuparse por posibles fallas de seguridad que pongan en peligro sus finanzas.
Por su parte, los estándares en la tokenización también son supervisados por los lineamientos EMVCo, una asociación global creada por Mastercard, Visa y American Express en 2013, con el fin de garantizar la aceptación de este sistema de procesamiento de manera global.
“En resumen, la tokenización es una herramienta fundamental que dinamiza los pagos y ayuda a evolucionar un medio tradicional, como es la tarjeta, en un instrumento de pago omnicanal muy seguro”, explica Daniel Aguilar Arias, VP de Desarrollo de Negocios Latam de Veritran.
Ventajas para la banca: reducción en el número de fraudes
El último estudio Consumer Pulse de TransUnion encontró que el 31% de los adultos en Colombia ha experimentado intentos de fraude digital en 2022, mientras que el 7% fue víctima de fraudes como phishing, robo de identidad u otro tipo.
Para la justicia colombiana, la banca debe custodiar el dinero y garantizar su seguridad. Es por eso que la tokenización de las tarjetas es un proceso cada vez más imprescindible y surge como prioridad inmediata para las entidades financieras en pos de evitar fraudes y robos, así como la vulnerabilidad de los datos del cliente.
“La exploración de potenciales soluciones con el uso de tokens está en curso y las nuevas oportunidades de adopción para la banca son amplias, dado que las virtudes de esta tecnología son innegables y ha llegado para quedarse”, finaliza Aguilar Arias.
Toda esta combinación de factores se traduce en confianza para los clientes y menores pérdidas para las instituciones, que además refuerzan su imagen de solidez.