En entornos empresariales que exigen cada vez más compromiso genuino con la inclusión, Bancolombia ha decidido ir más allá del discurso. Al frente de este propósito está María Isabel Acosta, directora de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) del banco, quien lidera una estrategia ambiciosa para que cada persona —sin importar su género, edad, orientación, identidad, origen étnico o condición— se sienta valorada y pueda desarrollarse plenamente.
En entrevista con Valora Analitik, Acosta revela cómo se vive la diversidad dentro del banco, qué aprendizajes han marcado el camino y por qué este enfoque no solo es lo correcto, sino también una decisión inteligente para el negocio.
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Desde Bancolombia, ¿qué opinan sobre el contexto actual de la Diversidad, Equidad e Inclusión?
El contexto global de hoy en torno a la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) es complejo y desafiante. Claramente, se evidencia un momento en el que algunas narrativas invitan al retroceso y, en consecuencia, algunas organizaciones y gobiernos vienen cuestionando el valor de estas iniciativas. En Bancolombia, por el contrario, reafirmamos nuestro compromiso con la DEI porque tenemos la convicción de que no es una tendencia ni una obligación, sino un pilar fundamental de nuestro propósito y una parte esencial de nuestra manera de hacer negocios.
Promover desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos es clave para construir sociedades y entornos laborales más justos, equitativos e inclusivos. Nuestra apuesta por la diversidad, la equidad y la inclusión es una decisión estratégica que busca impactar positivamente a millones de personas.
Seguiremos avanzando con determinación, transparencia y responsabilidad, mediremos nuestro impacto y lo comunicaremos con evidencia, porque estamos seguros de que este es el camino correcto. Y no lo hacemos porque sea fácil, sino porque es necesario. Los compromisos verdaderos son los que transforman realidades de forma positiva y sostenible en el tiempo.
En un mercado tan competitivo, ¿qué estrategias específicas están implementando para atraer talento diverso y, lo que es igual de importante, para retenerlo? ¿Cómo se aseguran de que todos los empleados sientan que pertenecen y tienen oportunidades de crecimiento?

Atraer y retener el talento diverso es un compromiso real que asumimos en todos los niveles de la organización, especialmente en el contexto actual, porque sabemos que la diversidad en el talento trae innovación, resultados más enriquecidos, sobre todo, impacto en la sostenibilidad. Nuestra marca empleadora refleja lo que somos: una organización abierta, inclusiva y comprometida con la excelencia del talento, sin importar su identidad, orientación o condición. Buscamos ofrecer oportunidades reales para que cada persona pueda crecer y desarrollar su proyecto de vida.
Sabemos que la cultura organizacional es clave para lograrlo, y por eso fomentamos espacios en los que la diversidad y la inclusión no son exclusivamente valores, sino prácticas diarias impulsadas desde el liderazgo. Queremos que todas las personas se sientan escuchadas, valoradas y representadas, y por eso diseñamos una propuesta de valor que reconoce y celebra la diferencia.
En nuestra estrategia, los líderes juegan un rol central. Son ellos quienes toman decisiones claves, abren conversaciones dentro de los equipos y promueven la innovación a partir de la diversidad. Su compromiso es fundamental para construir un entorno laboral que realmente refleje nuestros valores.
Nuestros procesos de talento están diseñados para eliminar los sesgos y enfocarse en el mérito y el potencial de cada persona. En especial, los procesos de selección, desarrollo y formación se gestionan con una mirada consciente de la inclusión como principio fundamental. Esto nos permite atraer el talento que necesitamos y ofrecer un entorno que prioriza el bienestar, garantizando la eliminación de cualquier tipo de discriminación, acoso, abuso o violencia. De hecho, para asegurarlo, hemos consolidado el Sistema Contigo, que ofrece rutas de acompañamiento, protocolos y herramientas sicológicas, legales y de denuncia ante situaciones de violencia, acoso, abuso o discriminación que requieran atención inmediata, garantizando un entorno laboral justo y seguro.
¿Por qué existe una estrategia DEI en un banco?
La estrategia DEI nace de una conversación unida a una convicción: crear condiciones para que las personas, sin distinción, tengan iguales oportunidades de vivir con bienestar. En 2019, un equipo interdisciplinario conformado por mujeres promovió una iniciativa llamada Me la creo, que buscaba entender lo que pasaba con las mujeres en la organización en términos de acceso a la alta dirección, de violencias y representatividad en roles técnicos, ocupados tradicionalmente por hombres.
Aunque nació con el foco en mujeres, la estrategia fue evolucionando hacia el cierre de brechas de otros grupos poblacionales diversos. Además de materializar nuestro propósito, ha fortalecido no solo nuestra competitividad y reputación, sino que también nos permite ser un banco para todos, promoviendo entornos libres de discriminación y de violencia.
Por ejemplo, en nuestra última medición de reputación tuvimos un puntaje de 5.1, que en términos cualitativos nos califica como una organización que genera oportunidades desde la DEI a nuestros grupos de relación.
Nuestra ambición es que tanto empleados como clientes, proveedores y comunidades puedan proyectar y alcanzar sus propósitos de vida. Estamos convencidos de que contribuir a la reducción de las desigualdades no solo es una responsabilidad con los entornos en los que operamos, sino también una buena estrategia de negocio.
¿Cuáles son los focos de la estrategia?
Queremos que la inclusión sea un criterio central para tomar decisiones, crear experiencias, diseñar soluciones y hacer negocios a lo largo de nuestra cadena de valor. Por eso, en el banco hemos definido una estrategia transversal con varios focos clave.
El primero es el interno, en nuestros empleados, porque creemos que la transformación empieza por casa. A través de procesos de gestión del talento y cultura organizacional, construimos las bases de una organización que refleje en su accionar externo los valores de equidad, respeto y pluralidad.
También tenemos un foco en nuestros clientes, tanto personas como negocios, porque queremos fortalecer un ecosistema empresarial más diverso, inclusivo y sostenible, contribuyendo a la transformación con impacto en los países en los que operamos.
Y por último, nuestros proveedores y comunidades. Trabajamos con la convicción de que es posible trascender toda la cadena de valor incorporando criterios de equidad de género, accesibilidad, y diversidad sexual e identitaria, que reconozca la complejidad de las realidades sociales.
Estos focos nos permiten avanzar hacia un modelo de negocio que no solo es rentable, sino también empático y sostenible.
¿Cuáles han sido los resultados y logros?
Un logro significativo fue la materialización de una Dirección de Diversidad, Equidad e Inclusión para Bancolombia, que busca transversalizar las iniciativas para toda la organización, trabajando de manera integral de cara a los grupos de relación del banco.
Por otro lado, a nivel interno, hoy las mujeres ocupan 40 % de los cargos de la alta dirección de la entidad, más de 21.700 empleados han sido formados en diversidad, equidad e inclusión, hemos podido brindar más de 1.700 atenciones a través de la Línea Contigo, como acompañamiento psicológico y legal en casos de violencias basadas en género, discriminación y salud mental, entre otros.
Por otro lado, nos convertimos en partícipes de alianzas en la cadena de valor que han desembocado en la creación de una comunidad con más de 100 proveedores para intercambiar conocimientos y experiencias en diversidad, equidad e inclusión, y consolidamos con el IFC, a través de la adhesión a Sourcing2Equal, un programa para conectar los emprendimientos liderados por mujeres con las cadenas de abastecimiento de grandes empresas en Colombia.
También hay grandes resultados de cara a nuestras clientes, como desembolsos por más de US$900.000 para las mujeres, más de US$22 millones en la cartera de créditos de bajo monto entregados igualmente a ellas, y desembolsos por más de US$65 millones a emprendimientos de alto impacto con liderazgos femeninos.
Y como la inclusión y la educación financiera es una de las rutas a través de las cuales materializamos nuestro compromiso con la promoción del desarrollo sostenible, hemos impactado a más de 5.200 mujeres con estrategias de educación. Asimismo, más de 4.500 mujeres emprendedoras y líderes de negocios se han visto beneficiadas con capacitaciones, redes de conexión y visibilidad de sus negocios.
Adicionalmente, nos enorgullece la cifra de más de 1.000 mujeres haciendo parte de la Comunidad Emprender Mujer, una red de la que hacemos parte y que impulsa alianzas y conexiones entre pequeños negocios con liderazgo femenino.
¿Qué ha sido lo más desafiante en este recorrido?

Somos conscientes de que, al igual que muchas organizaciones en América Latina, enfrentamos desafíos estructurales y culturales al implementar estrategias de diversidad, equidad e inclusión. Reconocerlos es parte de nuestro compromiso con avanzar hacia entornos más justos, representativos e inclusivos, adaptándonos a normativas y a las expectativas sociales cambiantes que exigen mantenernos en evolución permanente.
Entre esos desafíos que nos encontramos está la resistencia al cambio y los prejuicios culturales de los entornos sociales tradicionales, con barreras estructurales y actitudinales que aún se resisten a aceptar la diversidad. Esto nos lleva a entender los contextos en los que nos movemos, buscando identificar brechas claras para generar oportunidades para todos y también para diseñar espacios de conversación que nos permitan avanzar en el tema.
Y para ello se hace necesario un liderazgo visible y comprometido desde la alta dirección que impulse estas transformaciones de manera sostenida: en sus decisiones, en la manera como pone el tema en el día a día del equipo y, sobre todo, en la forma como facilita la inclusión en su quehacer diario.
Desde nuestro rol, hemos asumido con responsabilidad y pasión estos retos, trabajando para gestionarlos con acciones decididas, sabiendo que el camino hacia la inclusión es exigente, pero, insistimos, absolutamente necesario.
¿Qué recomendaciones le dan a una empresa que está empezando?
Todo comienza con definir un propósito claro y compartido, que trascienda la misión empresarial y defina lo que se quiere dejar en la sociedad. En nuestro caso, la estrategia DEI nace del propósito de contribuir al desarrollo económico, social y ambiental del país, poniendo a las personas en el centro de nuestras decisiones.
Una vez definido el propósito, es esencial hacer un diagnóstico para entender el punto de partida y establecer metas a corto, mediano y largo plazo. En esta ruta son útiles herramientas como el GAP Analysis de ONU Mujeres, el Ranking PAR de Aequales o la aplicación de mediciones propias cualitativas y cuantitativas que permiten conocer las brechas existentes de cara a los temas que se quieran trabajar.
Asimismo, es esencial conectar con la cultura de la organización. La primera reflexión debe ser sobre nuestras creencias, sesgos y formas de actuar. Esto implica establecer una ruta de conversación, sensibilización y formación permanente.
Los cambios estructurales requieren colaboración, y por eso es esencial consolidar una red de aliados internos y externos con pasión y compromiso que acompañe la evolución de la estrategia, referencie casos de éxito, y comparta prácticas y recursos que faciliten la ruta hacia la inclusión.