El sector bananero colombiano atraviesa un punto de inflexión en 2025, pues las cifras del primer semestre muestran un repunte que devuelve la esperanza a productores y exportadores.
Lo anterior, tras un 2024 marcado por la baja rentabilidad, el impacto de fenómenos climáticos, el aumento de los costos de los insumos y la limitada participación en instrumentos como el Incentivo al Seguro Agropecuario.
Entre enero a junio de este año, Colombia exportó 67,4 millones de cajas de 20 kilogramos, lo que representa 12,1 millones de cajas más que en el mismo periodo de 2024. En términos porcentuales, este crecimiento equivale a un 22 % a nivel nacional, según cifras de la Asociación de Bananeros del Magdalena y La Guajira (Asbama).
En la región Caribe, donde se concentra buena parte de la producción del país, los resultados también son alentadores. Los productores de esta zona enviaron al exterior 24,6 millones de cajas, lo que equivale a un aumento del 18 % frente al mismo periodo del año anterior y a una contribución del 36,4 % del total nacional.
EE. UU. gana terreno, mientras Europa impone nuevas exigencias
El presidente ejecutivo de Asbama, José Francisco Zúñiga Cotes, destacó que este desempeño marca un cambio de tendencia para el sector, pero subrayó la importancia del acompañamiento del Gobierno Nacional para sostener el crecimiento.
“Desde Asbama estamos muy satisfechos con este repunte y confiamos en cerrar el año con cifras positivas. Sin embargo, insistimos en la necesidad del acompañamiento del Gobierno Nacional para fortalecer la competitividad del sector, garantizar condiciones de mercado estables y avanzar en la sanidad de los cultivos, factores esenciales para que este crecimiento se sostenga en el tiempo”, señaló el directivo.
El mercado de Estados Unidos ha sido uno de los motores de esta recuperación. Durante el primer semestre de 2025, Colombia exportó hacia ese país casi 12 millones de cajas, lo que significó un crecimiento del 39 % a nivel nacional y del 45 % en la región Caribe.
“Para los productores del Magdalena y La Guajira el mercado estadounidense es estratégico, ya que hacia ese país se va cerca del 40 % del banano cosechado en la costa norte de Colombia. De ahí la importancia de mantener relaciones diplomáticas estables que aseguren la continuidad de este flujo comercial, vital para la economía y el empleo de la región”, agregó Zúñiga.
Más allá de EE. UU., los mercados europeos mantienen un papel clave para la industria bananera colombiana. Alemania y Países Bajos, con participaciones del 11 % y el 8 % respectivamente, representan un flujo comercial relevante, pero además están marcando la pauta con nuevas exigencias ambientales, laborales y sociales, derivadas de la política de debida diligencia europea.
Según Asbama, estas nuevas reglas representan un reto adicional para los costos de producción y la rentabilidad, ya que implican inversiones en sostenibilidad, trazabilidad y condiciones laborales, sin que esos sobrecostos se vean compensados aún con precios más altos o con un compromiso de valor compartido por parte de los supermercados europeos.
Zúñiga insistió en que la competitividad del sector depende de equilibrar estas nuevas exigencias con apoyos efectivos del Gobierno colombiano, tanto en materia de financiamiento e infraestructura como en sanidad vegetal y acceso a seguros agropecuarios, para que el buen momento de 2025 no sea solo coyuntural, sino el inicio de una etapa de crecimiento sostenible para el banano colombiano.