Las condiciones para la inversión se han recuperado, especialmente las sociopolíticas, luego de alcanzarse certidumbre tras las elecciones presidenciales, señaló la subdirectora de Fedesarrollo, Camila Pérez.
Durante el seminario macroeconómico de Anif y el centro de investigaciones económicas en Medellín, explicó que se espera una mejora de la formación bruta de capital por mayor inversión en proyectos.
Por otro lado, dijo que los indicadores del mercado laboral han sido resilientes, a pesar del menor ritmo de generación de empleo.
Fedesarrollo proyecta un crecimiento de 2,9 % para 2018 y de 3,5 %, para el año entrante. Sin embargo, opinó Pérez que esas cifras no son ni siquiera cercanas a las vistas en años anteriores. La expansión del Producto Interno Bruto (PIB) este año estaría jalonado principalmente por el sector agropecuario, que crecería 4 %.
Añadió la subdirectora que ya pasó lo peor del ajuste en términos de crecimiento del PIB.
La inflación se mantiene cerca del punto medio del rango meta del Banco de la República, debido a una reducción de los precios de alimentos. Mientras que las expectativas de ese indicador continúan ancladas en niveles cercanos al 3,3 %, “que son buenas noticias para el Banco de la República”.
Pérez destacó, además, la caída en la inflación de transables y no transables, pero con fuerte persistencia en los regulados.
El fenómeno de El Niño podría poner presión sobre los alimentos en el primer semestre de 2019.
Por otro lado, prevé que lasas del emisor se van a mantener por lo que resta del año en 4,25 %. Los cambios se verían el año entrante.
Por otro lado, la cartera de créditos empieza a estabilizarse, pese al deterioro de la cartera comercial.
La cartera hipotecaria sigue creciendo a ritmos importantes del 12 %, y el deterioro de la morosidad se ha estabilizado.
Las ventas externas exhiben un buen comportamiento, pero las diferentes a commodities se desaceleran en los últimos tres meses. Están creciendo gracias a mejores precios del petróleo y carbón.
Las importaciones crecieron 8,2 % entre enero y julio, por el incremento en las compras de manufacturas.
El aumento del precio no compensó el incremento de las importaciones. De esa manera, en el segundo trimestre de 2018, se interrumpió el proceso de ajuste que venía observándose en la balanza comercial desde mediados de 2016.
El déficit de cuenta corriente se ubicaría alrededor del 2,8 % del PIB para 2018, dijo la experta. El ajuste en cuentas externas del país ha sido significativo, “pero debe continuar, porque hay riesgos sobre la financiación de ese déficit”, comentó Pérez.
La incertidumbre sobre los países emergentes provocó una venta de TES por parte de los fondos extranjeros en julio. Sin embargo, en agosto y septiembre se presentaron compras netas.
“Hay un 25 % de la deuda en manos de fondos de extranjeros. Por tanto, hay riesgos para el Gobierno Nacional y sus planes de financiación de que reversen sus tenencias”, precisó.
La meta de recaudo de 2018 difícilmente se cumplirá. Los gastos del Presupuesto General de la Nación en 2019 aumentan frente a lo previsto en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP). Esto complica aún más el cumplimiento de la meta de déficit.
Así mismo, el débil comportamiento de recaudo este año disminuye la base para 2019.
Con mayores precios del crudo, la renta petrolera aumentaría 0,3 % del PIB. Pero bajo la lógica de la regla fiscal, los ingresos adicionales deberían ser ahorrados, dijo.
“Urge una reforma tributaria o ley de financiamiento, que se debería conocer en próximos días, que aumente el recaudo”, finalizó la subdirectora de Fedesarrollo.