Fitch Ratings elevó este lunes la calificación de riesgo emisor (IDR) de Argentina a largo plazo en moneda extranjera y moneda local desde ‘CCC’ a ‘CCC+’.
De acuerdo con la calificadora, la mejora refleja el lanzamiento de un nuevo programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y “una importante liberalización del mercado cambiario, lo cual ha reforzado la liquidez externa y la durabilidad del programa de estabilización económica del presidente Javier Milei”.
“La recuperación económica y la desinflación ya han superado nuestras expectativas previas y deberían verse reforzadas por estos cambios de política”, advierte el informe.
El estudio ratifica que estos acontecimientos han mejorado la capacidad del Gobierno para realizar los pagos del servicio de la deuda a corto plazo, aunque aún persisten desafíos e incertidumbres a mediano plazo, como se refleja en la calificación ‘CCC+’.
En consecuencia, se agrega que “la acumulación de reservas no está garantizada bajo el nuevo régimen cambiario debido a la preferencia de las autoridades por una moneda fuerte, mientras que el acceso a los mercados externos sigue siendo prohibitivamente costoso”.
Para Fitch, las elecciones legislativas de mitad de mandato en octubre probablemente serán un factor determinante de la dinámica de las reservas internacionales y el acceso a los mercados, ya que representan una prueba crucial del apoyo al programa económico de Milei, así como una fuente de posible volatilidad durante la campaña.
La política monetaria de Argentina
El reporte destacó que en abril las autoridades argentinas reemplazaron el tipo de cambio de paridad móvil con un nuevo régimen cambiario en el que el peso argentino flotará dentro de un rango entre 1.000-1.400 pesos por dólar, con una ampliación del 2 % mensual, “lo que requiere intervención cambiaria en los límites superior e inferior, y permite la intervención discrecional dentro de la banda para gestionar la volatilidad”.
Los pagos anuales de bonos del gobierno federal en dólares estadounidenses totalizan US$8.600 millones en 2025 (la mitad se pagó en enero y el resto vence en julio) y superarán los US$11.000 millones en los próximos años.
“Hasta la fecha, las autoridades han podido comprar suficientes divisas para realizar los pagos de bonos y cuentan con un mayor colchón para los próximos pagos gracias a los fondos iniciales del SAF”, rescató Fitch.