Fitch afirmó la calificación de emisor de moneda extranjera a largo plazo de Chile en A, pero redujo la perspectiva a negativa desde estable, según un comunicado de prensa el jueves.
La perspectiva negativa refleja el deterioro del crecimiento de Chile y las perspectivas de deuda luego del malestar social que comenzó en octubre del año pasado.
Fitch también ve más riesgos a la baja planteados por un entorno político local más incierto y un contexto económico global. Sin embargo, los riesgos son mitigados por el balance relativamente fuerte de Chile y una carga de deuda mucho menor que la mediana para los países con calificación A.
Fitch redujo su pronóstico de crecimiento del PIB al 1,2% desde 3,0% para 2020 y al 2,0% desde el 3,2% para 2021, impulsado principalmente por el impacto que se espera que tenga una mayor incertidumbre sobre el consumo y la inversión.
Las continuas protestas, una caída en el precio del cobre y la persistente incertidumbre sobre la probable reescritura de la constitución disminuirán las perspectivas económicas, en opinión de Fitch.
Además, Fitch dijo que los riesgos para el crecimiento están sesgados a la baja, vinculados a la posibilidad de un resurgimiento de la violencia doméstica o una caída en el crecimiento global del coronavirus y su impacto en los precios del cobre y el sentimiento interno.
Fitch también ve debilitarse las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, dado que los cambios importantes en las políticas para expandir la red de seguridad social podrían afectar la inversión sin beneficios claros a corto plazo para la productividad.
En el aspecto fiscal, Fitch espera un déficit del gobierno central del 5,0% del PIB en 2020 y del 4,5% en 2021, los cuales están por encima de las propias proyecciones del gobierno de 4,5% y 3,6% de déficit respectivamente.
Esto se debe a que Fitch espera que la presión social sostenida pruebe la resolución de las autoridades para reducir el déficit en el futuro.
Se espera que la deuda bruta aumente al 30,5% del PIB este año y al 33,6% en 2021, pero Fitch señaló que las reducciones significativas de los activos del Tesoro por US$8.8 billones en 2020 ayudan a limitar el aumento de la deuda debido a los mayores déficits.
Fitch dijo que un deterioro significativo en la estabilidad política y un bajo rendimiento del crecimiento sostenido podrían provocar una baja en la calificación.
Del mismo modo, la falta de consolidación fiscal que conduzca a un aumento continuo de la deuda pública provocaría una rebaja.
El panorama se estabilizaría con una combinación de alivio de tensiones políticas y sociales, fortalecimiento de las perspectivas de crecimiento y consolidación fiscal consistente con la estabilización de la deuda en el mediano plazo.
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