Tras la entrega de resultados del tercer trimestre, Fitch Ratings rebajó la calificación de Falabella de “BBB” a “BB” y le otorgó a la empresa perspectiva negativa.
Entre julio y septiembre de este año la empresa había comunicado una caída de 9,6 % de sus ingresos y una pérdida neta de US$5 millones. Además, varias de sus unidades también habían presentado reducciones: en mejoramiento del hogar cayó 19 %, en tiendas por departamento, -15 % y los retail en Perú -16 %.
“La rebaja incorpora el deterioro sostenido del perfil crediticio de la empresa, evidenciado por unos indicadores de apalancamiento cuya tendencia se espera que se sitúe por encima de los umbrales del grado de inversión”, explicó la clasificadora.
Y agregó: “Fitch considera que los planes de la empresa para mejorar su trayectoria de endeudamiento son insuficientes para mantener su calificación”.
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Par Fitch, la perspectiva negativa refleja un deterioro significativo del negocio debido a un entorno competitivo. “Las implicaciones de una desaceleración del gasto discrecional que Fitch prevé que podría prolongarse hasta bien entrado 2024, así como los riesgos de ejecución que conlleva el plan de desinversiones que la empresa ha anunciado para los próximos 12 a 15 meses”.
Una vez conocida la rebaja de calificación de Fitch, Falaballa salió a dar una respuesta a través de una comunicado: “nuestro compromiso es fortalecer la situación financiera de la compañía en el menor tiempo posible, lo que debería traducirse en una vuelta a Investment Grade (grado de inversión)”.
El plan para pagar la deuda
Falabella viene avanzando desde hace varios meses en un plan para la reducción de su deuda que consistirá en la venta de varios activos.
En septiembre, Gastón Bottazzini, presidente de Falabella, dijo que con el plan se conseguiría entre US$300 millones y US$400 millones. Ahora, el plan para reducir deuda de Falabella apunta a ventas en el corte de entre US$800 millones y US$1.000 millones.
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