Fortinet alerta sobre la importancia de la ciberseguridad en procesos electorales en América Latina

Los datos de los votantes, los sistemas de recuento y los resultados mismos representan objetivos atractivos para actores maliciosos.

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Expertos en ciberseguridad advierten que los sistemas electorales y los datos de los votantes se han convertido en objetivos de alto valor para los ciberdelincuentes, lo que representa un riesgo directo para la estabilidad democrática de la región.

Los procesos electorales son parte de la infraestructura crítica de un país y, por lo tanto, se han convertido en blancos frecuentes de ataques. Los datos de los votantes, los sistemas de recuento y los resultados mismos representan objetivos atractivos para actores maliciosos que buscan desestabilizar políticamente a las naciones.

A ello se suma el uso creciente de la inteligencia artificial (IA), que ha incrementado la capacidad de los ciberataques y la sofisticación de las campañas de espionaje digital dirigidas tanto a entidades públicas como privadas.

“Hoy más que nunca, la ciberseguridad es un activo clave para proteger la democracia. Las entidades deben adoptar medidas proactivas para resguardar la integridad y la privacidad de los procesos electorales”, afirmó Marc Asturias, vicepresidente de mercadeo y field ciso de Gobierno para América Latina, Caribe y Canadá en Fortinet.

Recomendaciones para proteger la democracia digital

Fortinet señala que es responsabilidad de las entidades públicas, las comisiones electorales y los organismos de gobierno reforzar sus protocolos de seguridad digital de cara a los próximos comicios. Entre las principales medidas recomendadas se destacan:

  1. Adoptar sistemas con enfoque de confianza cero y malla de ciberseguridad, capaces de monitorear constantemente la infraestructura electoral y verificar todos los accesos a los recursos digitales.
  2. Fomentar alianzas con empresas especializadas en ciberseguridad, que aporten conocimiento técnico y soluciones avanzadas.
  3. Capacitar a funcionarios y legisladores en mejores prácticas de protección y concientización sobre riesgos en elecciones.
  4. Realizar evaluaciones periódicas de vulnerabilidades para mitigar posibles brechas.
  5. Impulsar mecanismos de denuncia ciudadana y sistemas auditables que permitan detectar intentos de ciberataques o campañas de desinformación.
  6. Promover buenas prácticas de ciberhigiene, como contraseñas robustas y precaución en el manejo de datos personales.

Según Fortinet, priorizar la ciberseguridad en los procesos electorales no solo refuerza las defensas tecnológicas, sino que también contribuye a preservar la confianza ciudadana.

“Salvaguardar las instituciones democráticas frente a amenazas cibernéticas no es solo responsabilidad de los gobiernos, sino que requiere también la participación de los ciudadanos”, concluyó Asturias.