El gobierno de Brasil elevó de 0,81 a 0,85 % la previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, según el Boletín Macro Fiscal difundido hoy por el Ministerio de Economía.
«Se proyecta recuperación de la actividad para septiembre de este año, en respuesta a los efectos iniciales de los recortes de las tasas de interés, el aumento de la confianza y el inicio de la liberación de recursos (…) del Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio», señaló el informe.
De acuerdo con el reporte, la estimación de inflación, calculada por el Índice de Precios al Consumidor Nacional Amplio (IPCA), se modificó de 3,8 a 3,6 % para 2019.
La revisión a la baja en la estimación se debió a la «descompresión» de los precios de los alimentos.
«Tras el choque de una suba de estos precios en el primer trimestre, se produjo una reversión parcial en el segundo trimestre, con una tendencia mantenida para los meses de julio y agosto», indicó.
El gobierno brasileño destacó también los ajustes en combustibles y electricidad, además de la relativa estabilidad de la inflación en los servicios.
El pronóstico para este año se ubicó por debajo de la meta de inflación definida por el Consejo Monetario Nacional, que es del 4,25 %, con un intervalo de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, hacia arriba o hacia abajo.
El secretario de Política Económica del Ministerio de Economía, Adolfo Sachsida, dijo que hay tres desafíos a superar para reanudar el crecimiento económico a largo plazo: mejorar la productividad, la cuestión fiscal y la coyuntura externa.
Calificó como importante la recuperación de la productividad de la economía brasileña, que entre 2010 y 2017 retrocedió a una tasa del 2,11 %, para alcanzar el equilibrio fiscal.
«Si no recuperamos la productividad de la economía brasileña, no habrá crecimiento sostenible a largo plazo», sostuvo.
«Es esencial que abordemos la cuestión fiscal en Brasil. El nuevo sistema de pensiones fue un paso fundamental, pero todavía se necesita una agenda amplia para resolver este desafío», agregó.
El tercer desafío, señaló, es la coyuntura internacional, con una «desaceleración generalizada» en la economía mundial.
(Reporte de CEEMarketWatch para Valora Analitik)
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