Inflación en Reino Unido repunta al 3,8 % en julio y frena expectativas de recorte de tasas

De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), se trata del nivel más alto desde enero de 2024.

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La inflación en el Reino Unido sorprendió al alza en julio y repuntó hasta el 3,8 % interanual, por encima del 3,6 % registrado en junio y superando las previsiones del mercado, que anticipaban un 3,7 %.

Según los datos publicados este 20 de agosto de 2025 por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), se trata del nivel más alto desde enero de 2024 y refleja que las presiones sobre los precios persisten, a pesar de que en los últimos meses se había observado cierta tendencia a la moderación.

El resultado complica el escenario económico y político del Gobierno británico y, sobre todo, el margen de maniobra del Banco de Inglaterra (BoE), que recientemente había iniciado un proceso de reducción de tipos de interés, pero que ahora se ve obligado a reconsiderar la velocidad de los recortes.

¿Qué impulsó la inflación en el Reino Unido?

El alza de julio estuvo impulsada principalmente por el encarecimiento del transporte, donde los precios de los billetes de avión se dispararon más de un 30 % en el mes, el mayor salto mensual desde que se lleva un registro más detallado en 2001, en gran medida por la alta demanda asociada a las vacaciones de verano y la estacionalidad de los viajes.

“El principal impulsor fue un fuerte aumento en las tarifas aéreas, el mayor aumento en julio desde que la recaudación de tarifas aéreas cambió de trimestral a mensual en 2001. Este aumento probablemente se debió a la fecha de las vacaciones escolares de este año”, señaló Grant Fitzner, economista jefe de la ONS.

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Reino Unido. Imagen: Pixabay.

También se sumaron los mayores costos de combustibles, como la gasolina y el diésel, que volvieron a encarecerse tras meses de estabilidad. Otro de los componentes que pesó en la aceleración inflacionaria fue el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, que alcanzó un 4,9 %, la tasa más alta desde febrero de 2024, con aumentos notables en productos de consumo masivo como la carne de res, el chocolate, el café y los jugos.

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Estos incrementos están generando presión adicional sobre los hogares, que siguen enfrentando una erosión de su poder adquisitivo, y también sobre las negociaciones salariales, especialmente en el sector público. En el caso de los servicios, la inflación se situó cerca del 5 %, con aumentos en alojamiento y restaurantes, lo que sugiere que las presiones internas de precios siguen vigentes incluso más allá de los factores estacionales.

El repunte inflacionario ocurre en un momento clave para el Banco de Inglaterra, que en su última reunión había decidido recortar los tipos de interés hasta el 4 % para estimular la economía tras varios trimestres de crecimiento anémico.

No obstante, este nuevo dato reduce las probabilidades de que se produzcan más recortes en lo que resta de 2025. De acuerdo con analistas consultados por Reuters, el BoE podría realizar solo un ajuste adicional hacia finales de año, posiblemente en noviembre, y retrasar el resto de los recortes hasta 2026, dependiendo de cómo evolucione la inflación subyacente.

De hecho, algunos economistas del propio Banco, como Huw Pill, han advertido que el riesgo de una inflación persistente podría retrasar el retorno al objetivo del 2 % en 2026.

“Prevemos que la presión sobre los precios se modere aún más el próximo año. Según nuestros modelos, el IPC general caerá a aproximadamente el 2,75 % interanual en el segundo trimestre de 2026, antes de acercarse al 2,25 % interanual en el cuarto trimestre de 2026. En términos generales, creemos que el camino para lograr un ajuste del 2 % el próximo año se está acortando. De hecho, observamos que se acumulan más presiones alcistas en torno a nuestras proyecciones”, le dijo Sanjay Raja, economista senior del prestamista alemán a CNBC.