Joyco, de principio a fin en los megaproyectos de infraestructura

Joyco, consultora del sector de infraestructura, es uno de los principales jugadores en esta rama en Colombia.

Diana Lorena Castaño, gerente general de Joyco.
Joyco, de principio a fin en los megaproyectos de infraestructura

Los megaproyectos de infraestructura que se desarrollan en Colombia tienen una antesala que pocos conocen, pero que es fundamental para que las obras se realicen con éxito o se conviertan en un fracaso.

Muchas veces, esta dura tarea se reduce a la palabra estructuración, pero incluye muchas más labores.

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De hecho, en buena parte de los casos está desde años antes de que arranquen las obras, siguen de forma paralela al desarrollo de las mismas y van hasta mucho después de terminadas.

Joyco, consultora del sector de , es uno de los principales jugadores en esta rama, que incluye también temas de diseños, seguimiento y control, gerencia de proyectos, asesorías técnicas y hasta soluciones de controversias y litigios.

Bajo este contexto, Diana Lorena Castaño, gerente general de la compañía, habló con Valora Analitik sobre cómo estaba el país antes de la llegada de las vías 4G.

Además, dio unas pinceladas sobre la importancia de este último programa de concesiones en Colombia.

¿Cómo estaba el país antes de las 4G, qué avances había con anteriores generaciones de concesiones?

Fue con la Ley 1ª de 1991 que se propuso la creación del modelo de concesiones en Colombia para dar paso a la inversión de capital privado encausado al desarrollo de infraestructura vial, con el fin de reducir el rezago histórico en esta materia, que había sido puesto en evidencia por un grupo de expertos y delegados de la banca multilateral a comienzos de los noventa.

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Con la puesta en marcha de dicho modelo y de acuerdo con cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las tres primeras generaciones se desarrollaron entre 1994 y 2014, periodo en el cual se concesionaron 5.314 km de carreteras, con un costo de US$9.481 millones.

Ahora bien, al hacer un repaso por las concesiones previas a la cuarta generación, el balance de intervención en la infraestructura colombiana es el siguiente:

  • Primera generación: 9 concesiones para la rehabilitación y ampliación de 1.287 km aproximadamente.
  • Segunda generación: una concesión que intervino 470 km.
  • Tercera generación: 14 concesiones que incluyen 3.557 km intervenidos.

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No obstante, el avance en materia de infraestructura vial es más notable con la entrada en vigor del ambicioso programa de cuarta generación en 2014.

Según cifras de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, para 2020 el país contaba con 6.809 km, equivalentes al 39% de las vías de la nación; mientras que 15 años antes, en 2006, solo se contaba con 2.628 km de vías concesionadas, lo que corresponde a un 16% de las vías nacionales.

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¿Qué se puede destacar en el sector antes de la llegada de las 4G?

Antes de la llegada de las 4G en Colombia, vale la pena destacar el avance y compromiso que con el paso del tiempo ha tenido el país con la modernización de su infraestructura de transporte, tomando de presente las lecciones aprendidas en concesiones anteriores para robustecer y perfeccionar lo que fue requerido al momento de dar paso a un programa más ambicioso como lo son las autopistas de cuarta generación.

Un ejemplo de lo anterior es que en cada generación se han incorporado mejoras en la estructuración de los modelos de transacción para distribuir los riesgos de manera más eficiente e intentar reducir los sobrecostos y retrasos en la etapa de construcción que se presentaron frecuentemente en las tres primeras generaciones.  

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En este caso, es preciso recordar que la primera generación se enfocó en la ampliación y rehabilitación de las carreteras existentes y, durante su ejecución, surgieron problemas presupuestales, debido a que los contratos incorporaban estudios de demanda inadecuados, por lo que los ingresos por peajes resultaron menores a lo estimado originalmente.

¿Y la segunda y tercera generación?

Por su parte, a partir de la segunda generación, fueron establecidos plazos variables en función de los ingresos esperados y empezaron a ser una exigencia los estudios de ingeniería y de demanda.  

Ya en la tercera, se trasladaron al sector privado los riesgos relacionados con la gestión y adquisición de predios para derecho de vía.  

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¿Qué cambió con la llegada de las 4G?

Estas lecciones aprendidas, entre otras, fueron incluidas en el mencionado programa 4G, pues los contratos fueron perfeccionados y se exigió a los socios operadores que se adquiriera un porcentaje de los predios, previo a la etapa de construcción.

Además de buscar la manera de que el sector contara con más institucionalidad y normatividad acorde a sus necesidades, los plazos en 4G tienen un máximo de 30 años, con el fin de evitar renegociaciones de concesiones por planeación deficiente.

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