JP Morgan hace cambios sobre recomendaciones de emergentes

- Publicidad - Aunque JP Morgan ha sido neutral en las monedas y tasas de cambio de América Latina durante algún tiempo, aprovechó esta oportunidad para reequilibrar sus perspectivas de la cartera de modelos GBI-EM, buscando mejores coberturas en los mercados locales, con la perspectiva de que la incertidumbre puede persistir. Condiciones financieras más estrictas, […]

JP Morgan

Aunque JP Morgan ha sido neutral en las monedas y tasas de cambio de América Latina durante algún tiempo, aprovechó esta oportunidad para reequilibrar sus perspectivas de la cartera de modelos GBI-EM, buscando mejores coberturas en los mercados locales, con la perspectiva de que la incertidumbre puede persistir.

Condiciones financieras más estrictas, rendimientos negativos para la clase de activos (GBI-EM-11,9 % año corrido) con entradas moderadas en mercados emergentes y la percepción de que «los mercados son baratos, pero no lo suficiente como para agregar riesgos» garantiza un reequilibrio activo de acuerdo con JP Morgan.

“Es importante destacar que varios signos en el margen no generaron apetito en Latinoamérica, y, por lo tanto, creemos que los inversores pueden exigir mejoras fundamentales o más estabilidad antes de agregar riesgo”, señaló.

Primero, el euro ha ganado algo de fuerza frente al dólar, con el par moviéndose alrededor del 2,5 % desde sus mínimos de mediados de agosto.

“Hubiéramos esperado que la tasa de cambio de los emergentes ganara un poco de fortaleza a medida que el dólar se debilitaba frente al euro, pero en cambio continuó debilitándose a nuevos mínimos de varios años”, dijo.

En segundo lugar, las tasas de los EE. UU. han estado limitadas por un tiempo (10Y US-T ha estado en el 2,80 % – 3 % desde finales de mayo) y las acciones de los EE. UU. se están acercando a máximos históricos.

Este fue otro signo que pudo haber despertado el interés de algunos emergentes, pero en cambio los rendimientos de los bonos locales generalmente han subido, lo que sugiere que la excepcionalidad de los Estados Unidos es la que prevalece.

Finalmente, el rally de los commodities energéticos no ha logrado generar un rendimiento superior a las monedas de los productos básicos, con Colombia, por ejemplo, aun debilitándose a pesar de un movimiento de 7 dólares en el petróleo desde mediados de agosto.

JP Morgan mantiene un nivel neutral de las monedas y tasas en general en el portafolio de modelo GBI-EM.

Pasó a neutral su recomendación para los TES de Colombia (desde sobreponderar), y trasladó a Argentina a subponderar, esperando que los bonos locales se estabilicen con tasas de política más altas y una tasa de cambio más débil.

Mientras tanto, mantiene su recomendación en sobreponderar para los bonos en México, ahora que las subidas tienen un precio fijo, y se mantienen en subponderar los de Chile, debido a que los fuertes datos del PIB.

En tasa de cambio, siguen neutrales en América Latina, “pero adoptamos un enfoque más defensivo al aumentar el tamaño de las posiciones de subponderar del peso uruguayo y al agregar al sol peruano la recomendación de sobreponderar, que es menos sensible al sentimiento externo. Nos mantenemos neutrales con el real brasileño y el mexicano”.

Evidenció el desempeño promedio de los retornos de GBI en América Latina (desglosados ​​por FX y Tasas) a 12 periodos anteriores de gran tensión de mercado desde 2013 cuando el índice GBI-EM cayó un 5 % o más.

En promedio, la mayoría de las monedas de Latam tienen una beta mayor que uno. En este contexto, el sol peruano tiene la sensibilidad más baja con una beta tan pequeña como 0,3.

Mientras tanto, revisó sus predicciones de tasa de cambio más débiles. El debilitamiento significativo en agosto sugiere que es posible que haya subestimado las presiones a las monedas de América Latina este año.

Suponemos que el peso argentino se ha ajustado lo suficiente y permanece relativamente constante este año y el próximo, y pronostica que estará en 42 para fin de año.

El real brasileño puede continuar enfrentando algunas presiones en el corto plazo antes de las elecciones, pero las cuentas externas han mejorado, y asumiendo que la reforma de la seguridad social pase el próximo año, el déficit fiscal del país podría reducirse, con el real ganando algo de fortaleza.

En México, los riesgos de implementación del Nafta probablemente mantengan el peso mexicano más cerca de 19,50 para el resto del año. Finalmente, es poco probable que la introducción del Bolívar Soberano (VES) evite la hiperinflación.

¿Ha devaluado suficientemente la tasa de cambio?

“En nuestra opinión, es poco probable que los inversionistas se vean influenciados solo por las valoraciones de FX abaratadas”, comentó.

La alta volatilidad implícita de las monedas, el empeoramiento de las perspectivas macroeconómicas de las economías emergentes y los grandes riesgos idiosincrásicos (elecciones en Brasil, Nafta, revisión del programa del FMI para Argentina) podrían sugerir que las monedas de América Latina aún no han tocado fondo, lo que una vez más justifica nuestra postura neutral.

Además, “nuestros modelos de valoración a corto plazo en realidad no sugieren que las monedas de América Latina se hayan abaratado desde principios de agosto en relación con sus indicadores coincidentes habituales: con la excepción del abaratamiento del peso argentino y el abono relativo del uruguayo, el colombiano seguido del chileno son las monedas señaladas como las más baratas en la región. El real, el peso mexicano y el peso peruano están marcados como de precio razonable”, finalizó.

 

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