Las monedas de Brasil y Argentina deberían recuperarse de una ola de ventas que las hundieron a mínimos de varios años, de acuerdo a una encuesta de Reuters, en la que los comentarios de los consultados fueron menos tajantes que en ocasiones previas debido a la creciente volatilidad del mercado.
El real brasileño debería fortalecerse un 9,6 por ciento a 3,79 unidades por dólar en 12 meses, según la mediana de 30 estimaciones de economistas y estrategas recopiladas del 31 de agosto al 4 de septiembre. El consenso en la encuesta anterior apuntaba a un mayor valor, de 3,60 reales por dólar.
Factores locales, como las elecciones presidenciales de Brasil y la creciente inflación en Argentina, están magnificando el efecto de la aversión al riesgo en los mercados de América Latina, ya que las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y otras economías importantes amenazan con dañar el crecimiento mundial.
Esto haría que las revisiones pronosticadas parezcan sorprendentemente leves, debido a que la cautela por la elección presidencial de Brasil en octubre y la volatilidad en los mercados emergentes llevó al peor desempeño mensual de la moneda en tres años.
Sin embargo, esa cifra probablemente subestima cómo los consultados buscan actualizar las estimaciones a raíz del desplome. La desviación estándar de los pronósticos, un indicador de dispersión de uso común, se elevó al nivel más alto desde mayo de 2016, superando el valor alcanzado en junio.
Tres fuentes consultadas que participan regularmente en las encuestas de divisas de Reuters pidieron no ser incluidas esta vez, ya sea porque todavía estaban rehaciendo sus cálculos o porque no querían comprometerse con una opinión.
La moneda ha estado cotizando a un nivel menor que lo esperado por cada encuestado que proporcionó las previsiones para fines de agosto desde el año pasado. Incluso Alex Agostini, de Austin Rating, quien estuvo más cerca de predecir correctamente el movimiento del real hace tres meses, restó importancia a su logro. “En gran medida, tuve suerte”, señaló.
El pronóstico de Agostini es que por el momento el real se mantendrá en 4,00 unidades por dólar, aunque destacó que eso fue más una suposición que un pronóstico riguroso.
“Es poco probable que los factores que impulsan la volatilidad cambiaria se atenúen hasta las elecciones e incluso después de que conozcamos al ganador. Mucho dependerá del paquete fiscal que se proponga y cómo reaccione el Congreso. Mantuve mi pronóstico en 4, pero tampoco descartaría 4,20 o 3,50 (unidades por dólar)”, remarcó.
Las elecciones han dado un giro a los pronósticos, con mucho énfasis puesto en si el ganador reducirá la creciente deuda del gobierno.
El encarcelado expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha protestado contra la austeridad, ha liderado consistentemente las encuestas de intención de voto, pero un tribunal electoral le impidió postularse. Resta saber si su apoyo pasaría al candidato vicepresidencial Fernando Haddad.
El legislador Jair Bolsonaro ha aparecido de forma constante en segundo lugar. Ha recurrido al banquero Paulo Guedes, entrenado en la Universidad de Chicago, como su principal asesor económico, pero una postura errática sobre la formulación de políticas y algunos comentarios controvertidos sobre asuntos sociales han generado dudas sobre su figura.
Geraldo Alckmin, un político del establishment apoyado por un amplio bloque de partidos que se ha comprometido a reducir el gasto público y es el favorito de los mercados, no ha logrado ganar impulso en las encuestas.
La mayoría de los estrategas proporcionaron algún tipo de promedio ponderado basado en la probabilidad de que cada candidato ganara. Pero solo dos de 30 predijeron una menor cotización que la actual de 4,17 reales por dólar en 12 meses, lo que sugiere un consenso de que al menos hay algún tipo de ajuste en el horizonte.
Por el contrario, las predicciones para el peso argentino fueron mucho más amplias, desde 28,92 a 42 unidades por dólar frente a la cotización actual de 39,25.
Ninguno de los consultados que también participó en el sondeo de agosto revisó su predicción para mostrar un peso más fuerte, aunque la mediana de las 10 estimaciones sugiere que la divisa aún se apreciará un 13,9 por ciento a 34,135 unidades por dólar en un año.
Si bien las elecciones en Brasil son un claro desencadenante de la volatilidad, que debería desaparecer tras la votación, la venta masiva del peso argentino se debe más a una sensación generalizada de ansiedad en medio de la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas del país.
“Dado que el banco central se está quedando sin espacio para sorprender con medidas agresivas, los crecientes riesgos políticos y la confianza de los participantes en el mercado se mantienen inestables, por lo que una volatilidad considerable probablemente sea lo normal”, escribieron los estrategas de Goldman Sachs.
La creciente falta de convicción en la capacidad del presidente Mauricio Macri para frenar la inflación y un déficit fiscal ha llevado al peso a mínimos históricos incluso después de que se negoció un acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional, se elevaron las tasas de interés y se realizó una intervención en los mercados de divisas.
(Tomado de Reuters).