La canciller Laura Sarabia anunció su renuncia a través de sus redes sociales. Aunque su salida ya se había anticipado por Valora Analitik desde hace semanas, se conoció la carta que le envió al presidente Gustavo Petro, en la que expresó que su decisión es producto de una “reflexión profunda”, motivada por su responsabilidad “con la conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del orden público”.
En la misiva, Sarabia agradeció al mandatario por haberle permitido ocupar cargos de alto perfil durante este gobierno: jefa de gabinete, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), directora del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y, finalmente, ministra de Relaciones Exteriores.
Su salida se da en un contexto de tensiones dentro del Ejecutivo, en especial por el manejo del proceso de pasaportes, tema que generó diferencias al interior del Gobierno.
En varias ocasiones se había rumorado sobre su eventual renuncia, y esta vez se concreta justo cuando el presidente Petro autorizó al nuevo jefe de gabinete, Alfredo Saade, para asumir el liderazgo de dicho proceso, desplazando a la Cancillería.
En la misiva, Sarabia dice que en los últimos días se han tomado decisiones que no comparte y que por coherencia personal y respeto institucional, no puede acompañar: «No se trata de diferencias menores, ni de quién tiene la razón, se trata de un rumbo que con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar».
Además, agregó: «Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí, y con la certeza que hay momentos en los que decir a Dios están bien una forma de cuidar». Finalmente, dijo que le deseaba un cierre de gobierno exitoso.
Choque entre Sarabia y Saade
El recién nombrado jefe de gabinete, Alfredo Saade, asumió el control del proceso de emisión de pasaportes en Colombia, generando un choque con la canciller Laura Sarabia. La disputa gira en torno a la decisión del presidente Gustavo Petro de excluir a la firma Thomas Greg & Sons del contrato, vigente hasta el 1 de septiembre, y sustituirla por un nuevo operador, posiblemente Portugal, con producción a cargo de la Imprenta Nacional.
Saade respalda la directriz presidencial y asegura que no habrá interrupción en la emisión de pasaportes. Sin embargo, la Cancillería advierte que la Imprenta no está lista: necesita al menos 35 semanas de preparación, y no cuenta con la capacidad técnica ni humana para asumir la tarea en el corto plazo. Sarabia propone una tercera urgencia manifiesta que extienda el contrato actual mientras se implementa una solución pública.
El cruce de versiones ha dejado en el aire la continuidad del servicio a partir de septiembre.