El ministro del Interior, Armando Benedetti, suma y resta los votos que puede conseguir para que la consulta popular sea aprobada en el Congreso, la más reciente iniciativa del Gobierno Nacional con la cual se busca rescatar algunos puntos de la reforma laboral.
La tarea legislativa de Benedetti ocurrirá mientras el presidente Gustavo Petro está a 13 horas de diferencia cerrando la entrada de Colombia, la nueva Ruta De La Seda.
La votación, que se llevaría a cabo este miércoles, requiere una mayoría simple, según lo definió la mesa directiva del Senado, lo que favorece las cuentas del Gobierno. Ya no se necesitan 53 votos, como se pensaba inicialmente, sino simplemente que el «sí» obtenga más apoyos que el «no», siempre que haya cuórum.
En entrevista con Caracol Radio, Benedetti confesó que está “asustado” por el resultado, pero se mostró optimista: “Esta semana me toca sumar y contar. Creo que tenemos los votos. ¿Cómo le van a negar esa facultad al pueblo?”, expresó.
Así están las cuentas de la consulta popular
El presidente del Senado, Efraín Cepeda, convocó una plenaria este martes a las 2:00 p.m. para debatir exclusivamente sobre las posiciones de la consulta. Si todo marcha según lo previsto, la votación podría realizarse el miércoles.
De momento, el Gobierno contaría con cerca de 35 votos seguros: 19 del Pacto Histórico, cinco de Comunes, uno del partido MAIS y al menos 10 de la coalición de la Alianza Verde y la Coalición de la Esperanza.
En el bloque opositor hay 42 votos estimados: 12 del Centro Democrático, 10 de Cambio Radical, 12 conservadores, dos exaliados del Gobierno y cuatro congresistas de Colombia Justa Libres, entre ellos Mayra Díaz y la senadora Lorena Ríos. También se sumarían los votos negativos de los senadores Angélica Lozano y JP Hernández.
Así, ya estarían definidas 77 de las 105 curules del Senado. La decisión quedará en manos, principalmente, del Partido Liberal y del Partido de la U, que aún no han fijado una postura unificada.
Las tensiones dentro del Partido Liberal
Aunque recientemente el Partido Liberal recibió el Ministerio de Comercio, lo que fue visto como un intento del Gobierno para asegurar su respaldo, el expresidente César Gaviria, jefe único de esa colectividad, se pronunció en contra de la consulta. En un comunicado publicado el fin de semana, Gaviria afirmó que la iniciativa es un “despilfarro inadmisible” en medio de la crisis fiscal del país.
“El dinero de esa consulta debería destinarse a mejorar las condiciones laborales, apoyar a las víctimas, fortalecer la fuerza pública y financiar políticas sociales”, afirmó. Por ello, pidió al Senado no apoyar una propuesta que calificó como “equivocada e ineficiente”.
Con una ventaja ajustada y aún incierta, el Gobierno se juega mucho en esta votación. Si la consulta se aprueba, Petro obtendría un impulso clave para retomar una de sus principales banderas de campaña: la reforma laboral. De lo contrario, sufriría un revés político considerable, con implicaciones tanto legislativas como electorales. Todo dependerá del conteo final.
La mirada de los analistas
Para Yann Basset, profesor de Ciencia Política en la Universidad del Rosario: “Sería un error de la oposición negar la consulta. Si se niega a adoptar la consulta, me parece que le ofrece en bandera, se confirmaría un poco la idea de que la oposición se opone al pueblo y a sus derechos”.
Y agregó: “Me parece que hay un impasse político desde hace mucho tiempo en el país sobre este tema de las reformas sociales del gobierno, entonces es perfectamente apropiado utilizar este mecanismo institucional para de cierto modo desempatar”.
Para Gabriel Cifuentes, analista político, las cuentas están muy apretadas. “El Partido Liberal, en su mayoría, votará por el «sí». Por ahora, hay tres conservadores que también apoyarían la iniciativa, y el Partido de la U está dividido. Según mis cálculos, todavía hay entre siete y ocho votos por definir, y esos podrían ser decisivos para inclinar la balanza”.
Y agregó: “Más allá de los números, creo que el bloque que respalda la consulta no solo es más sólido, sino que muchos senadores están considerando el costo político que podría representar votar en contra de permitir que la ciudadanía se pronuncie sobre un tema que, a diferencia de otras reformas del Gobierno, tiene una alta aceptación”.
Cifuentes explica que la reforma laboral es una propuesta que la gente comprende fácilmente, es intuitiva. Y eso le pone presión a ciertos senadores: “si bien tienen dudas sobre la consulta por sus implicaciones económicas o políticas, también podrían pagar un precio político al oponerse a algo que cuenta con amplio respaldo ciudadano”.
Por último, sostiene que la decisión será muy reñida, pero por ahora los números favorecen al bloque del «sí».
“Esto será aún más evidente si, como todo indica, se archiva la apelación contra el archivo de la reforma laboral en la Comisión Séptima. Varios senadores estaban esperando esa decisión para definir su voto. Y con el informe de archivo que se firmó ayer por cuatro de los siete integrantes de la Comisión Accidental, prácticamente se cierra esa posibilidad. Era la última bocanada de aire para quienes aún albergaban la esperanza de revivir la discusión en la Comisión Séptima”.
—