Moody’s rebajó la calificación de Venezuela y cambió a estable su perspectiva

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La calificadora estadounidense Moody’s rebajó hoy las calificaciones del emisor en moneda extranjera y en moneda local del Gobierno de Venezuela, las calificaciones senior no garantizadas en moneda extranjera y local y la calificación senior garantizada en moneda extranjera a C desde Caa3.

Al mismo tiempo, el programa de notas a mediano plazo senior no garantizado en moneda extranjera también ha sido degradado a C desde Caa3. La perspectiva ha cambiado a estable desde negativa.

Las principales razones detrás de la rebaja de calificación son:

1) La expectativa de la calificadora de que la continua erosión de la capacidad de pago de Venezuela genere grandes pérdidas para los tenedores de bonos, con constantes incumplimientos en los pagos de intereses sobre diversos bonos, agravados por los próximos vencimientos del principal.

2) Los límites a la capacidad de Venezuela para reestructurar su deuda, planteada por las sanciones actuales de los Estados Unidos que impiden a los inversores estadounidense aceptar nuevos instrumentos de deuda en virtud de un posible canje de deuda, lo que agravará aún más las pérdidas.

En una decisión relacionada, Moody’s redujo los topes a los techos de largo plazo de Venezuela: los techos de los países en moneda local para bonos y depósitos bancarios a Ca desde Caa2; el techo de bonos en moneda extranjera a Ca desde Caa3; el techo del depósito bancario en moneda extranjera a C desde Ca. Los techos de bonos y depósitos en moneda extranjera a corto plazo permanecen sin cambios en Not-Prime (NP).

De esa forma, señaló que la capacidad de Venezuela para atender sus obligaciones seguirá severamente afectada, y que las pérdidas para los tenedores de bonos serán muy altas, muy probablemente superiores al 65 %.

Por último, mencionó que el continuo declive en la producción petrolera de Venezuela probablemente se mantendrá y presionará aún más los flujos de efectivo en moneda extranjera, con una grave escasez de divisas.

Las perspectivas para el sector petrolero de Venezuela probablemente reflejen el empeoramiento de la situación financiera del país. La gran brecha de financiamiento externo del país y la disminución de las fuentes de financiamiento implican que los próximos pagos del servicio de la deuda se seguirán perdiendo.

Ya desde noviembre de 2017, cuando se produjeron los primeros incumplimientos de la deuda del mercado, los pagos pendientes de cupones adeudados tanto por la compañía petrolera estatal como estatal PDVSA han superado los 1.700 millones de dólares.

Dado que el Gobierno hasta ahora ha realizado pagos tardíos solo en cupones de PDVSA que superaron los períodos de gracia de 30 días y no en cupones soberanos, es cada vez más probable que el no pueda cumplir con los pagos del principal vencidos de su deuda de mercado, primero cayendo en agosto de 2018 por más de 1.000 millones de dólares.

Si bien las autoridades han señalado que planean remediar parte de los pagos atrasados ​​de los intereses tanto de PDVSA como de los bonos soberanos, las presiones del flujo de efectivo de la menor producción de petróleo tendrán un gran peso en su capacidad para cancelar todos los atrasos. Espera que las pérdidas en capital e intereses sean muy altas y consistentes con una calificación C.

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