Los líderes de los 32 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llegaron este 25 de junio a un acuerdo: aumentar el gasto en defensa colectiva hasta alcanzar el 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2035.
La decisión, adoptada durante una cumbre realizada en La Haya, Países Bajos, marca un cambio en la política de seguridad del bloque transatlántico, que por años había establecido como meta un gasto del 2 % del PIB.
“Los aliados se comprometen a invertir anualmente el 5 % del PIB en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad para 2035, a fin de garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas”, expresó la OTAN.
¿Cómo se distribuirá ese 5 %?
A diferencia de la meta anterior del 2 %, que abarcaba únicamente el gasto militar tradicional, esta nueva meta se divide en dos componentes:
- Un 3,5 % del PIB se destinará exclusivamente a gasto militar directo: fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, compra de armamento, operaciones logísticas y modernización de capacidades.
- Un 1,5 % adicional cubrirá inversiones en infraestructura estratégica, ciberdefensa, movilidad militar entre países aliados y asistencia a socios como Ucrania, Georgia o Moldavia.
Según el comunicado de la OTAN: “Nuestra preparación y resiliencia civil, impulsar la innovación y fortalecer nuestra base industrial de defensa”.
“Los aliados deberán presentar planes anuales que muestren un camino creíble y progresivo para alcanzar este objetivo”, agrega la OTAN, tras la resistencia de algunos estados miembros, en particular España.
¿Qué países lideran y cuáles se resisten?
Algunos países ya superaban el umbral del 2 %, como Polonia, Estonia, Lituania, Estados Unidos y Reino Unido, que han elevado sus presupuestos de defensa en los últimos años ante el temor de una escalada del conflicto ruso. Alemania, que tradicionalmente había tenido una postura más cauta, también se ha comprometido a llegar al 3 % en 2026.
Sin embargo, otros países han mostrado reservas. España, por ejemplo, cuyo gasto en defensa se ubica actualmente en torno al 1,3 % del PIB, no suscribió la meta del 5 %, argumentando restricciones presupuestarias internas y diferencias de enfoque. Bélgica, Luxemburgo y Eslovaquia también señalaron que su compromiso seguirá alineado al objetivo del 2 %, aunque expresaron disposición para aumentar gradualmente sus inversiones.
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Los líderes de la OTAN acordaron que el objetivo del 5 % no será jurídicamente vinculante, pero sí representa una guía política clara. Se espera que cada país defina sus cronogramas de ajuste y que en 2029 se realice una revisión intermedia para evaluar el avance de cada miembro.
¿Por qué la OTAN toma esta medida?
La medida llega en un momento crítico para la seguridad global. Desde la invasión rusa a Ucrania en 2022, los países europeos han sido testigos de un conflicto prolongado en su frontera oriental, con consecuencias económicas, energéticas y humanitarias.
Además, la inestabilidad en Medio Oriente, el aumento de las tensiones en el mar de China Meridional y el ciberterrorismo han hecho que las amenazas no convencionales y globales cobren cada vez más relevancia.
La OTAN había establecido en 2014, tras la anexión rusa de Crimea, que sus miembros debían destinar al menos el 2 % del PIB al gasto militar. Sin embargo, una década después, solo un tercio de los países cumplía esa meta, lo que generaba fricciones dentro de la organización, especialmente con Estados Unidos, que históricamente ha soportado gran parte de los costos de la defensa.