Personas en condición vulnerable en Colombia son las menos reconectadas al sistema educativo: estudio

En medio de señales de una posible recesión internacional, Colombia enfrenta retos urgentes para retomar la senda de disminución de la pobreza.

Pobreza monetaria.
Pobreza monetaria. Foto: Tomada de Pixabay - @Chronomarchie

Sin haberse terminado de recuperar económicamente de la crisis por la pandemia y en medio de señales de una posible recesión internacional, Colombia enfrenta retos urgentes para retomar la senda de disminución de la pobreza y el cierre de brechas en materia de empleo

«Para enfrentar los retos que tenemos como país, se necesitan lecturas integrales de los datos que relacionen las problemáticas en , intermediación laboral y empleo, para que se pueda dar una toma de decisiones basada en evidencias, de manera más ágil, constante y con desagregaciones poblacionales y territoriales» indica Angela Sabogal, Coordinadora de la Alianza para la Inclusión Laboral.

Es así como se lanzó la tercera versión del Informe Nacional de Empleo Inclusivo, INEI 2021-2022, desarrollada por la Alianza por la Inclusión Laboral, conformada por Fundación Corona, Fundación ANDI y USAID a través de ACDI/VOCA y por primera vez el PNUD como aliado estratégico. 


El informe INEI, que nació hace tres años, hace un recorrido por los tramos desde la educación hasta el empleo formal y presenta hallazgos específicos por poblaciones y por territorios.

Además, propone recomendaciones concretas para enfrentar los retos particulares de cada componente.

Este año, uno de los principales hallazgos se dio en las situaciones de mayor vulnerabilidad que enfrenta la población que se encuentra en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Por un lado, en educación, las personas en esta condición se han reconectado menos con el sistema educativo y han recuperado menos aprendizajes; en empleo, son aquellos que están en situación de pobreza quienes acceden a menos empleos formales y son las mujeres y los grupos étnicos quienes enfrentan más barreras.  

¿Cómo escapar del círculo vicioso entre pobreza y brechas en educación?  

En 2021 la matrícula de la educación media tuvo la mayor tasa de crecimiento de los últimos años, esto es positivo porque significa que una parte de los jóvenes se fueron reconectando al sistema después de la crisis generada por la pandemia.

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Aun así, se debe trabajar en la tasa de cobertura neta, la cual sigue siendo la más baja en comparación con los otros niveles escolares con un 48,7 %.

Aún más grave, algunas poblaciones enfrentan retos adicionales: el informe INEI reveló que el 70 % de jóvenes entre 15 y 16 años que no asistió a establecimientos educativos pertenecían a una familia pobre

Se puede ver como en el 2021 el 54 % de los jóvenes que no asistieron al colegio, lo hizo por estar trabajando o realizando labores del hogar.

Además, se muestran diferencias de hasta 25 puntos en el puntaje promedio de las Pruebas Saber 11 entre escuelas urbanas con 252 puntos y rurales con 227 puntos. 

«Es indispensable trabajar por la permanencia en la escuela de los jóvenes más vulnerables. A pesar de constantes llamados y múltiples esfuerzos para mejorar la calidad de la educación media, especialmente en aquellos territorios y grupos más rezagados, esto continúa siendo un desafío estructural del sistema educativo», manifestó Catalina Martínez, Directora de la Fundación ANDI. 

Culminar la educación media influye en gran medida en la posibilidad que tendrá un joven de emplearse en el futuro y de tener mayores ingresos.

Para 2021 las personas que se graduaron de la educación media estuvieron 9,8 puntos porcentuales más ocupados respecto a los que llegaron a graduarse de primaria, además influye en el tipo de empleo que consiguen, pues 8 de cada 10 personas que no terminan la primaria están en la informalidad

El informe INEI también mostró que quienes tuvieron acceso a educación posmedia, tienen un salario promedio del doble respecto a los graduados de media y casi 3 veces mayor en relación con los graduados de básica primaria y básica secundaria. 
 
¿Cómo conciliar la dificultad para cubrir vacantes, con las altas tasas de desempleo? 

Al analizar la participación laboral el informe INEI evidenció que la emergencia sanitaria generó una marcada salida de personas hacia la inactividad que aún no ha podido ser revertida.

Esto se representa mediante la tasa global de participación que en 2019 fue de 63,3 %, en 2020 de 59,2 % y en 2021 de 60,6 %, en donde las mujeres siguen siendo las más afectadas y se amplió la histórica brecha de género con 20,8 p.p. en 2019 a 23,0 p.p. en el 2021. 

Si bien el 61 % de los empleadores en Colombia tienen dificultades para cubrir los puestos de trabajo, en el 2021, 3.329.746 personas estaban desempleadas. Esto es especialmente preocupante cuando se considera que el 82 % de las familias con al menos un desocupado están en condición de pobreza extrema, pobreza o vulnerabilidad. 

El tejido empresarial del país está conformado por unidades productivas pequeñas que representan el 92 % de las empresas, de las cuales el 60 % son informales, ambas características dificultan que el sea estable, cuente con protección social y remuneraciones adecuadas.

Adicionalmente, hay una alta concentración de empresas en unos pocos territorios, en 2021 el 56 % del tejido empresarial se encontraba en la capital del país con un registro del 33 %, seguido de Antioquia con 14 % y del Valle del Cauca en un 9 %. 

 

Aunque en 2021 se alcanzó un total de 21.000.000 ocupados, el país aún estaba pendiente por recuperar 1,2 millones de puestos de trabajo, el informe INEI recomienda promover e impulsar la competitividad empresarial regional, por medio de la articulación de las apuestas productivas territoriales a las que propone el gobierno nacional.  

Colombia tiene un reto en la agenda de juventud sobre la generación de acceso a oportunidades de educación y de ingresos.  

De los jóvenes en edad de trabajar se estima que 1 de cada 2 jóvenes no estudia ni trabaja o están en trabajos informales.

Esto sumado a otros factores de riesgo para acceder a oportunidades como condiciones económicas, barreras geográficas, o factores culturales, especialmente pertenecer a subgrupos poblacionales como: población joven con discapacidad, perteneciente a grupos étnicos, población joven LGTBI y mujeres.

«El INEI incluye recomendaciones como promover un enfoque integral para reconocer las diferentes barreras que se presentan a lo largo de las trayectorias de los jóvenes desde la etapa escolar, pasando por la formación posmedia, hasta el acceso al empleo y emprendimiento», complementa Ricardo Amaya, director de Jóvenes Resilientes de USAID y ACDI/VOCA. 

A pesar del aumento entre 2020 y 2021, la mejoría en la tasa de ocupación nacional en 2021 se presentó de manera desigual en diferentes poblaciones mostrando una importante reducción en los niveles de ocupación de mujeres con reducción de 2,3 p.p., migrantes venezolanos 5,5 p.p., población de Negros, afros, raizales y palenqueros 4,7 p.p. e indígenas -2,7 p.p. frente al 2019.  El informe INEI propone estrategias de fortalecimiento de los procesos de gestión de talento humano de las empresas, con el fin de que la organización de cargos, selección, evaluación y desarrollo de trabajadores se haga de manera inclusiva y esté mediada por las habilidades, las competencias y el desempeño, y evitar así sesgos y prejuicios en la contratación.  

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