El sistema bancario colombiano está enfrentando una vorágine de escenarios adversos que forman una “tormenta perfecta” que podría extenderse hasta entrado el próximo año. Así lo señaló María Soledad Mosquera, sector lead y directora de BCR Ratings – S&P Global.
En entrevista para Valora Analitik, la alta funcionaria de la calificadora de riesgo contó sobre la visión que tienen del sistema financiero colombiano y cuáles son los riesgos que enfrenta.
¿Cuál es la salud del sistema bancario colombiano en este momento?
La industria bancaria colombiana está enfrentando retos bastante interesantes, es una situación que trae un entorno macroeconómico retador, que viene con un perspectiva más negativa que lo que pudimos ver durante la pandemia.
Creo que uno de los temas más importantes para tener en cuenta es que hay una presión de riesgo de crédito. Hay una desaceleración de la economía y eso también implica una desaceleración en el crédito bancario.
En la perspectiva de S&P Global, no es solamente un tema de demanda de crédito. Ves a los hogares y a las empresas que se han visto afectados en este entorno de tasas altas y han disminuido su capacidad de pago y, al mismo tiempo, hay incertidumbre en el entorno en relación con la inversión.
Para nosotros hay un tema de demanda, pero también de oferta. Las entidades bancarias siempre han sido muy cautelosas cuando Colombia tiene estos ciclos económicos retadores y también hacen que sus políticas de originación sean más conservadoras y también hace que se fortalezcan sus prácticas de cobranza.
¿Cómo está la perspectiva de este riesgo al crédito?
Nuestras perspectivas es que no haya una perspectiva de riesgo de crédito no solamente para el 2023, sino que también que las tasas de crecimiento, que fueron bastante altas en 2022 y una parte de este año, llevarán a que se extienda este deterioro en riesgo de crédito hasta el 2024.
Es difícil determinar si es todo el primer trimestre del 2024 o todo el año, nuestro primer escenario es que sea solo los primeros tres meses. Pero esto va a traer otra consecuencia a la banca y es un deterioro en los márgenes de rentabilidad.
También a consecuencia de este riesgo de crédito, en este momento hay un momento de altas tasas de captación para las entidades.
Entonces, tenemos un alto costo de financiamiento, un mercado de capitales restringido y tenemos un riesgo de crédito. Es un entorno bastante retador.
En nuestras calificaciones tratamos de recoger todos estos riesgos que están presentes y los que se pueden desarrollar, por eso en este momento tenemos un sesgo de calificaciones a la baja.
¿Qué tanto se impactará la rentabilidad del sistema bancario para S&P Global?
Nuestra perspectiva es una disminución en comparación a lo que hemos visto en los últimos 10 años. Es un escenario donde tenemos un riesgo de crédito creciente, un costo de financiación importante y hay limitaciones al acceso al mercado de capitales y a nuevas fuentes de financiación. Eso hace que se encarezca todavía más el fondeo.
Un mayor gasto de provisiones, con este costo de financiamiento que todavía no ha cedido del todo; porque todavía tenemos tasas altas, va a ser que la rentabilidad de los bancos disminuya. Nuestra perspectiva es que se ubique alrededor del 10 % para 2023.
La situación de todas las entidades bancarias no es igual. Para algunas de ellas, que estuvieron enfocadas en crédito de personas, será mucho más difícil hacer el ajuste.
La velocidad del ajuste en la tasa del activo versus la velocidad en el ajuste de la tasa del pasivo no se ha dado a la misma velocidad y por eso tenemos estas presiones.
Eso significa que seguramente estaremos viendo entidades bancarias con resultados negativos durante la mayor parte del 2023.
Ya lo estamos viendo con los resultados más recientes, y creemos que se puede mantener hasta septiembre – octubre. Algo clave será la disminución de la inflación y los ajustes que haga el Banco de la República.
¿Cuáles son sus perspectivas para el posible recorte de tasas del Banco de la República?
Nuestro escenario base está partiendo de que vamos a tener tasas altas, es decir, por encima del 13 %, hasta una buena parte del tercer trimestre de 2023, pero sí estaremos esperando una disminución de tasas al último trimestre de este año o al principio de 2024.
Si es importante recordar que una potencial recesión en Estados Unidos podría llevar a que los bancos centrales de América Latina aceleren la reducción de tasas, lo cual sería beneficioso para los bancos, da alivio a los deudores y también al costo de financiamiento.
Al disminuir la rentabilidad se hará necesario en los siguientes meses y también en 2024, que en la medida en que haya una presión importante, los bancos tendrán que buscar alternativas diferentes para buscar una rentabilidad.
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