Durante la rendición de cuentas 2025 de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), su presidente Óscar Torres presentó a la audiencia uno de los proyectos bandera de este Gobierno: la reactivación del tren de Colombia. Sin embargo, la mayoría de estas iniciativas aún no logran superar la etapa de prefactibilidad.
A la fecha, solo el corredor férreo La Dorada–Chiriguaná ha sido adjudicado (abril de 2025). El resto de los proyectos continúa en fases de prefactibilidad o factibilidad, sin que se haya logrado su adjudicación ni la apertura de procesos licitatorios concretos.
El rezago de los corredores férreos
Entre las iniciativas más mencionadas se encuentra el Corredor Interoceánico, que conectaría el Pacífico y el Atlántico a través del Chocó a través de 222 kilómetros de vía férrea y la construcción de dos nuevos puertos. Aunque el proyecto tiene un avance de prefactibilidad “bastante avanzado”, aún no ha alcanzado la fase de factibilidad. Su estructuración y adjudicación están previstas, según la ANI, para el año 2026, es decir, al cierre del actual gobierno.
Otro proyecto relevante es el Corredor Yumbo–Caimalito de 211 kilómetros, que será desarrollado como obra pública con vigencias futuras excepcionales entre 2026 y 2029. En la misma situación se encuentra el Corredor Bogotá–Belencito de 308 kilómetros, también proyectado a 48 meses de ejecución bajo un esquema de financiación similar.
La Red Férrea del Pacífico, que comprende 546 kilómetros, se encuentra en fase de prefactibilidad con un avance del 99 %, mientras que el tramo Buenaventura–Palmira, de 120 kilómetros, apenas va a empezar su etapa de factibilidad. Este último tiene un valor estimado de inversión de $22 billones, financiados parcialmente con recursos del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Infraestructura (Fondes) y de la Nación.
Por su parte, la conexión de Bogotá con el Corredor Férreo Central presenta un avance de 92 % en prefactibilidad de 460 kilómetros, mientras que el Corredor Villavicencio–Puerto Gaitán de 193 kilómetros, ya culminó esta etapa y busca avanzar hacia la factibilidad. Este último contempla una inversión de $12,2 billones,
Pese a los retrasos, la ANI insiste en que el desarrollo de la red férrea nacional es una prioridad para fortalecer la competitividad del país, reducir los costos logísticos y reactivar regiones históricamente marginadas, como el Chocó. No obstante, los retos ambientales, financieros y técnicos siguen siendo un obstáculo recurrente.