La nueva codirectora del banco central de Colombia dijo que la reciente depreciación del peso no es motivo de alarma y descartó la idea de que la nación podría ser la próxima víctima de un desplome de los mercados emergentes, como el que ha afectado a Turquía y Argentina.
Carolina Soto, quien fue nombrada miembro de la junta del banco central en julio, señala que los responsables de política tienen las herramientas para enfrentar una situación que, según ella, es «temporal y manejable». Esta semana, el peso se debilitó a su nivel más bajo desde 2016.
“Si bien estamos siguiendo el comportamiento de los países emergentes, no es un gran contagio. Colombia tiene la capacidad de responder a turbulencias de este tipo”, dijo Soto en una entrevista en Cartagena.
Los activos de los mercados emergentes han registrado una venta masiva en medio de los temores de que las crisis económicas que afectan a Turquía y Argentina puedan extenderse. Colombia se ha mantenido relativamente ilesa hasta ahora: la caída del 3 % en el peso colombiano este año se compara con una caída de aproximadamente 50 % en el peso argentino.
Los comentarios de Soto hacen eco de los del gerente general del banco central, Juan José Echavarría, quien ha señalado en las últimas semanas que Colombia está lejos de ser la próxima Turquía y que el banco central no contempla ningún tipo de intervención en el mercado cambiario.
Si bien la actual ola de turbulencia es manejable, todavía hay factores de incertidumbre en el horizonte, dijo Soto. El comportamiento de los flujos de capital y sus efectos sobre la tasa de cambio, y los déficits fiscales y de cuenta corriente de Colombia requieren monitoreo, señaló.
El gobierno del presidente Iván Duque, que asumió el cargo el mes pasado, enfrenta «un reto enorme» de ajuste fiscal y tiene que cumplir con demandas y exigencias del programa de gobierno, agregó.
Inflación y PIB
La inflación anual del mes pasado se redujo al 3,1 %, justo por encima del punto medio del rango objetivo del 2 % al 4 %. El banco central está atento ante la posibilidad de que una sequía provocada por el fenómeno de El Niño pueda causar un aumento en los precios de los alimentos a comienzos de 2019, dijo Soto. Es poco probable que una sequía sea tan grave como la que afectó a Colombia en 2015, agregó.
La economía se expandirá un 2,7 % este año o un poco más, impulsada por el consumo del sector público de las provincias locales, el dinamismo de las exportaciones y la mejora de la recuperación de la confianza al consumidor, indicó.
(Tomado de El Espectador)