Ante el aumento sostenido de la demanda eléctrica y los retos que impone la transición energética, la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) se ha propuesto ejecutar un ambicioso plan de adjudicación de proyectos para asegurar la oferta de energía en Colombia.
Así lo señaló Andrés Peñaranda, asesor de la Dirección General de la UPME, en diálogo con Valora Analitik durante el Séptimo Foro XM.
“La meta para este año es pasar de la planeación a la implementación. Estamos en la fase uno de Misión Transmisión, que contempla un conjunto muy amplio de obras. El objetivo es adjudicar y abrir 20 convocatorias de infraestructura durante 2025”, explicó Peñaranda.
Hasta la fecha, la UPME ya ha avanzado en 14 convocatorias entre aperturas y adjudicaciones, y espera cumplir con las 20 antes de finalizar el año.
Entre ellas, se destaca el proyecto recientemente socializado, destinado a reforzar el sistema eléctrico en la zona de la Sabana Norte de Bogotá, una región que ha enfrentado restricciones en el suministro y que ha estado en el centro del debate público por los riesgos de posibles apagones.
“Esta obra impactará directamente las limitaciones actuales del sistema en la región oriental. Busca mitigar los cuellos de botella que se presentan para atender la demanda creciente de Bogotá y su área metropolitana”, señaló el funcionario.
Infraestructura a corto y largo plazo
Peñaranda reconoció que la ejecución de obras de gran escala ha venido enfrentando tiempos de implementación más largos. “Antes tardaban unos cuatro años; ahora pueden demorar cinco o incluso seis, y hemos visto cómo los atrasos se traducen en presiones adicionales sobre la operación del sistema”.
Frente a este panorama, el enfoque de la Misión Transmisión incluye soluciones de corto plazo, como la instalación de baterías, nuevos conductores de alta temperatura y tecnologías emergentes, que pueden ofrecer alivios operativos en uno o dos años, mientras se concretan las grandes obras estructurales.
“No se trata solo de construir más líneas, sino de adaptar el sistema con tecnologías modernas que permitan mantener la estabilidad y confiabilidad en el suministro de energía”, puntualizó.
Renovables: una apuesta para duplicar la capacidad instalada de energía
Otro de los frentes clave para garantizar la oferta de energía en Colombia es el impulso a las fuentes de generación renovables no convencionales.
Actualmente, la UPME tiene aprobados 20 gigavatios (GW) de capacidad, de los cuales cerca del 95 % corresponde a proyectos solares y eólicos.
“Estas 20 gigas representan una duplicación de la capacidad que hoy tiene el sistema, que está en unos 11.000 megavatios(MW). El objetivo es articularnos para romper las barreras que están dificultando la entrada de esos proyectos y acelerar su implementación”, indicó Peñaranda.
Este impulso forma parte del Plan 6G, promovido por el Ministerio de Minas y Energía, que busca reactivar y ampliar rápidamente la capacidad energética nacional, especialmente a través de fuentes limpias.
¿Son las energías renovables un riesgo para la estabilidad?
En medio del debate internacional sobre la confiabilidad de las fuentes renovables —especialmente tras apagones registrados en países como España— Peñaranda fue claro en su posición:
“No hay evidencia técnica que demuestre que las renovables no convencionales provocan apagones. Lo que sí hay es una necesidad de adecuar el sistema para que estas tecnologías funcionen correctamente”.
El cambio de paradigma energético requiere una transformación profunda del sistema eléctrico. Para lograrlo, se deben integrar elementos que permiten mantener la estabilidad frente a perturbaciones y evitar colapsos operativos.
“Estamos en una etapa donde la tecnología evoluciona constantemente, y el sistema debe evolucionar con ella. La clave está en adaptarnos, no en frenar la transición”, afirmó.
Con un crecimiento proyectado del 25 % en la demanda de energía hacia 2033 y un ecosistema cada vez más complejo por la digitalización y la electrificación del transporte e industria, 2025 se presenta como un año decisivo para definir el rumbo del sistema energético colombiano.