Videocolumna | ¿Está blindado su plan de vida? Una mirada a los riesgos en la etapa productiva

Francisco Contreras, vicepresidente de Asset Management en Allianz Colombia, explica la importancia de considerar y gestionar los riesgos.

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Por: Francisco Contreras, vicepresidente de Asset Management en Allianz Colombia

En la construcción de un plan financiero personal, pocas decisiones son tan determinantes como las que se toman durante la etapa de acumulación: ese periodo activo de la vida en el que se genera la mayor parte del capital que sostendrá el futuro. No se trata solo de trabajar y ahorrar. Se trata de proteger, prever y gestionar los riesgos que podrían comprometer el bienestar propio y el de la familia.

Francisco Contreras, vicepresidente de Asset Management de Allianz, compartió con Valora Analitik una reflexión clara y oportuna: esta etapa, también conocida como etapa productiva, ofrece un margen de maniobra. Todavía hay tiempo para corregir errores, reestructurar inversiones o ajustar decisiones. Pero ese margen no debe ser confundido con una invitación a la improvisación.

Contreras parte de una premisa sencilla: todo proyecto de vida financiera se divide en dos grandes fases, acumulación y desacumulación. Y es en la primera donde se juega buena parte del éxito o el fracaso del plan. ¿Por qué? Porque es cuando se tiene mayor capacidad de generar ingresos, pero también mayor exposición a ciertos riesgos que, si no se gestionan correctamente, pueden desestabilizar el presente y comprometer el futuro.

Uno de los principales frentes a considerar es la protección patrimonial. ¿Qué pasa si una persona pierde su empleo de forma inesperada? ¿Si fallece y su familia queda desprotegida? ¿O si su vivienda sufre una pérdida total sin contar con un seguro que respalde ese golpe económico? Son situaciones que pueden parecer lejanas hasta que suceden. Y cuando lo hacen, las consecuencias pueden ser devastadoras para un plan financiero construido durante años.

Por eso, contar con instrumentos de protección adecuados —como seguros de vida, de desempleo o de vivienda— no debe verse como un gasto, sino como una estrategia de resiliencia. En palabras de Contreras, “el futuro no se improvisa, se protege”.

Otro riesgo crítico es el financiero. Durante la etapa productiva, es común que las personas estén dispuestas a asumir mayores riesgos en busca de rentabilidad. Pero sin una estrategia clara, ese ímpetu puede traducirse en decisiones impulsivas o poco fundamentadas. Invertir sin conocer el propio perfil de riesgo, o prestar dinero sin respaldo, puede dejar grietas difíciles de cerrar.

Y hay un riesgo adicional que suele ser subestimado: el de longevidad. Vivir más años de lo previsto —una excelente noticia desde el punto de vista vital— puede convertirse en un desafío financiero si no se ha construido un colchón de ahorro e inversión suficiente para sostener el retiro. Porque, como advierte Contreras, una vez se entra en la etapa de desacumulación, el margen de acción se reduce drásticamente.

El mensaje es claro: más allá de ahorrar o invertir, es necesario gestionar integralmente los riesgos. Y eso implica contar con el acompañamiento adecuado. Firmas como Allianz, con respaldo global y conocimiento del contexto local, ofrecen soluciones como los Fondos Voluntarios de Pensiones y una red de expertos que pueden guiar en la toma de decisiones informadas.

El llamado, entonces, no es al miedo, sino a la acción. A entender que cada decisión en la etapa productiva suma o resta al futuro. Que no basta con trabajar y generar ingresos: es necesario protegerlos, multiplicarlos y ponerlos al servicio de un propósito. Porque al final, blindar un plan de vida es el primer paso para vivirlo con tranquilidad.

Prepararse es protegerse. Y protegerse es decidir bien, desde hoy.