Vivienda nueva en Bogotá y Cundinamarca: más de 100.000 hogares listos para comprar y jóvenes lideran la demanda

Estudio de Oferta y Demanda de Vivienda de Camacol Bogotá y Cundinamarca identifica hogares de la región que consideran buen momento para comprar vivienda.

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El mercado inmobiliario de Bogotá y Cundinamarca respira optimismo y potencial. Así lo revela el más reciente Estudio de Oferta y Demanda de Vivienda de Camacol Bogotá y Cundinamarca, presentado este 4 de junio en el Seminario Actividad Edificadora en el Club El Nogal, el cual identifica que más de 686.000 hogares de la región consideran que es un buen momento para comprar vivienda, y un volumen considerable de ellos ya se encuentra en búsqueda activa.

Camacol Bogotá Cundinamarca
Estudio de Oferta y Demanda de Vivienda de Camacol Bogotá y Cundinamarca. Foto: cortesía Camacol

Pero más allá de la intención, el informe revela datos que podrían cambiar el rumbo del sector: 234.536 hogares están interesados específicamente en adquirir vivienda nueva, y de ellos, 101.355 cuentan con condiciones financieras suficientes para comprar en los próximos 12 meses. Esta cifra, según Edwin Chiriví, gerente de Camacol B&C, “es el segundo resultado más alto de demanda potencial de la última década”, y representa una oportunidad inmejorable para impulsar la construcción, dinamizar la economía y avanzar en la ejecución del Plan de Vivienda Mi Casa en Bogotá.

“Nuestra labor desde el gremio será seguir promoviendo una amplia oferta de proyectos que respondan a esta demanda, con calidad urbana y valor agregado para la ciudad y la región”, aseguró Chiriví.

Además, otros 86.548 hogares que también desean comprar vivienda nueva ya cuentan con el ahorro para la cuota inicial, aunque aún no tienen aprobado su crédito hipotecario o leasing habitacional, lo que indica un enorme potencial latente si se fortalece el acceso al financiamiento.

Una región que cree en la vivienda: percepción positiva en aumento

A su vez, los datos muestran una mejora en la percepción ciudadana frente a la posibilidad de comprar: uno de cada dos hogares en Bogotá cree que es un buen momento para hacerlo, y en Cundinamarca, el 48,6 % de los hogares encuestados coincide con esta visión optimista. En ambos casos, el índice de confianza ha aumentado de forma notoria en comparación con años anteriores.

El informe también destaca que el 92,7 % de quienes tienen interés en vivienda nueva están buscando inmuebles de hasta $334 millones, lo que indica una preferencia mayoritaria por los segmentos VIS y VIP, precisamente aquellos que pueden acceder a subsidios y programas de apoyo del Gobierno.

Las zonas más deseadas para adquirir vivienda en Bogotá incluyen Suba, Engativá y Kennedy, mientras que en Cundinamarca lideran Funza, Mosquera y La Vega. Estos territorios se consolidan como polos atractivos de crecimiento urbano y desarrollo residencial.

Jóvenes derriban mitos: el 84 % quiere tener vivienda propia

El estudio de Camacol también desmonta un mito instalado en la opinión pública: que los jóvenes no quieren comprar vivienda. Contrario a esta narrativa, los resultados revelan que el 84 % de las personas entre 18 y 28 años desean adquirir vivienda nueva, lo que mantiene a este segmento como uno de los más aspiracionales.

Eso sí, enfrentan obstáculos importantes: la falta de vida crediticia (39,7 %) y no contar con un empleo fijo (29,3 %) se identifican como las principales barreras. Aun así, la vivienda sigue siendo un anhelo, ligada a la seguridad patrimonial (50,7 %) y al deseo de independencia (40,3 %).

“Los resultados ratifican que la inversión en vivienda sigue siendo atractiva para los jóvenes. Lo que se debe trabajar es en cómo hacerla viable en el corto plazo”, puntualizó Chiriví.

Otra población clave identificada en el estudio son los adultos mayores, quienes también están transformando el mercado inmobiliario. Se estima que, en Bogotá y Cundinamarca, la población de 60 años o más pasará del 15,7 % actual al 26,6 % en 2050, lo que abre la puerta a un crecimiento sostenido de la demanda por soluciones habitacionales específicas para esta etapa de la vida.

Según el informe, el 58,1 % de los adultos mayores considera que la vivienda propia es la mejor opción para su retiro, siendo el ahorro (41,9 %) la principal fuente de financiamiento. Si bien la vivienda especializada aún no es ampliamente reconocida (solo el 3,2 % la menciona), comienzan a valorarse servicios como enfermería 24 horas (59,7 %) y alimentación (40,3 %), marcando un nuevo rumbo para los desarrolladores inmobiliarios.

“Hay una gran oportunidad para desarrollar productos diferenciados enfocados en los adultos mayores. Debemos fomentar su conocimiento y acceso a esta nueva oferta de valor”, concluyó el gerente gremial.

Factores que impulsan el mercado: tasas de interés y políticas públicas

El crecimiento del 44 % en la demanda potencial de vivienda nueva en Bogotá y Cundinamarca durante el último año no es casual. Camacol destaca dos razones centrales para este repunte:

  1. La reducción de las tasas de interés para financiar la compra de vivienda, lo que mejora el acceso al crédito.
  2. La implementación del Plan de Vivienda Mi Casa en Bogotá, una estrategia pública que ha contribuido a dinamizar la oferta y estimular el apetito por vivienda.

Estos elementos no solo explican la recuperación actual del sector, sino que también trazan una hoja de ruta para consolidar un futuro más dinámico y con mayor equidad en el acceso a la vivienda propia.

De esta manera, los datos del estudio de Camacol Bogotá y Cundinamarca 2025 pintan un escenario esperanzador, donde la vivienda se reafirma como un sueño vigente y una prioridad tanto para jóvenes como para adultos mayores. Con más de 100.000 hogares listos para comprar vivienda nueva, una percepción positiva en aumento y un entorno financiero más favorable, el mercado se encuentra en un punto de inflexión que puede marcar el despegue de una nueva etapa en el desarrollo urbano y social de la región.

Ahora, el reto está en responder a esta demanda con proyectos oportunos, accesibles, y con un enfoque sensible a las necesidades de cada grupo poblacional.