El voluntariado corporativo como termómetro de la huella social de las empresas

No cabe duda que el voluntariado transforma tanto a voluntarios como a las personas que trabajan con ellos

Impactar positiva y tangiblemente a la sociedad se ha vuelto parte de la estrategia empresarial de muchas organizaciones que han entendido que el éxito del negocio se mide, en gran parte, por su compromiso social. Es por eso que el voluntario corporativo se ha vuelto una práctica cada vez más común, cuya efectividad radica en que tenga el apoyo e involucramiento de todos los niveles jerárquicos de la compañía.

Desde nuestro trabajo con comunidades, y adoptando el voluntario corporativo como eje clave del compromiso con la sostenibilidad de la empresa, hemos experimentado muchas ventajas desde lo individual hasta lo colectivo. Por ejemplo, ha sido posible fortalecer el compromiso cívico, proteger la inclusión social y afianzar la solidaridad. Además, ha tenido un importante efecto dominó que impulsa a otras personas a que querer hacer parte de una verdadera transformación.

Gracias al voluntariado, los ciudadanos fortalecen su capacidad de ser resilientes, participan en su propio crecimiento personal, amplían sus conocimientos básicos y adquieren un sentido de la responsabilidad para sus propias comunidades. Como compañía del sector agrícola, hemos visto cómo se consolida la confianza al promover acciones individuales y colectivas, lo que conlleva a efectos sostenibles para las personas.

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Para aquellas que estén pensando en comenzar a implementar esta iniciativa, es importante alinear los programas de voluntariado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que facilita la definición de las prioridades desde el punto de vista social o medioambiental.

Además, como compañía del sector agrícola, hemos aprendido que fortalecer las alianzas con ONG y empresas locales para trabajar de la mano, permite generar proyectos de alto impacto. Pero para lograrlo, se necesita de una fuerte participación de los empleados que, voluntariamente aportan su tiempo y talento para unir a las personas, servir a las comunidades, promover el diálogo continuo y el aprendizaje para acelerar la huella social. En este sentido, en Corteva Agriscience promovemos diferentes iniciativas orientadas a empoderar a las mujeres, capacitar a los jóvenes e involucrar a las comunidades.

De la mano de aliados como Fundación Traso, Actuar Famiempresas y United Way Colombia, le apostamos a programas de agricultura sostenible (enfocados en buenas prácticas agrícolas y educación ambiental), fortalecer a madres comunitarias, promover el desarrollo de pensamiento científico en jóvenes y niñas, apoyar la educación básica para aumentar el índice de escolaridad y la formación universitaria.

Actualmente, a nivel global el 20 % de nuestros empleados (incluido el 35 % de los líderes de personas) pertenecen al menos a uno de nuestros grupos de voluntariado, y estos números continúan creciendo, gracias a la participación activa en la gestión, así como en la conceptualización y diseño de soluciones ante los retos que hoy enfrentan las comunidades. Hoy son más los empleados que quieren sumarse a los programas de voluntariado, además de potenciar competencias como la innovación, el trabajo en equipo y el liderazgo. En Corteva, se proporciona hasta dieciséis (16) horas por año calendario de ausencia justificada pagada del tiempo de trabajo para buscar oportunidades de voluntariado.

No cabe duda que el voluntariado transforma tanto a voluntarios como a las personas que trabajan con ellos, por eso es necesario seguir cultivando un lugar de trabajo inclusivo y fuerte en cultura de pertenencia que permita seguir alentando a los colaboradores a formar parte de estos grupos, a través de políticas que empujen y promuevan el uso de horas de trabajo para aumentar la huella social y como legado para las generaciones futuras.

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