El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) dio a conocer parte de las perspectivas sobre la carga fiscal que deberá soportar Colombia de cara al proceso de reactivación económica.
Dice el IIF que, luego de una respuesta de política fiscal expansiva en 2020, los países se han visto obligados a extender parcialmente el apoyo este año y ese impulso fiscal en Colombia y Chile será mayor en 2021 en medio de mayores demandas sociales.
Advierte el informe del IIF que mantener cierto estímulo al tiempo que se busca sostener la confianza de los inversores “ha demostrado ser un desafío en todos los países”.
Lo anterior mientras se sabe que la fragilidad de las finanzas públicas “podría generar una presión indebida sobre la política monetaria, lo que afectaría al crecimiento”.
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Advierte entonces el IIF que las bajas tasas de interés, en medio de la alta liquidez global, han facilitado la respuesta para los gobiernos.
Sin embargo, los mercados de capital internos “poco profundos, debilidades institucionales, inercia del gasto público y capacidad limitada para el aumento de los impuestos imponen límites al aumento del endeudamiento, lo que agrava los desafíos que se avecinan en todos los países”.
Justamente de ahí que gobiernos como el de Colombia se hayan visto obligados a liderar salidas en reformas tributarias para soportar la crisis económica derivada.
“En Colombia se ha intensificado la presión para expandir las transferencias sociales a pesar de una base impositiva reducida. Un nuevo plan fiscal para financiar un aumento permanente del gasto generaría cerca del 1 % del PIB en ingresos por año”, explica el IIF.
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Aunque esos recursos, recuerda el organismo, están por debajo del 2 % que buscaba la reforma tributaria liderada por el exministro Alberto Carrasquilla.
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