Del open banking al open finance, avancemos a paso firme

En esta segunda parte de su columna, el vicepresidente de Public Policy para América Latina de Mastercard habla de open banking en Colombia.

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En esta segunda parte de su columna, el vicepresidente de Public Policy para América Latina de Mastercard habla de open banking en Colombia.

Por: Felipe Rincón, vicepresidente de Public Policy para América Latina y el Caribe en Mastercard

Continuando con el tema de open banking, me referiré a la posible o diríamos casi que inminente regulación de open banking en Colombia, un asunto esencial para la modernización de la manera en que los ciudadanos interactúan con la banca. Encuentre más información acá de Convención Bancaria 2022.

En efecto, la Unidad de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda lideró un serio proceso de discusión con la industria, en el cual se consideraron las diferentes alternativas regulatorias para la implementación de tal modelo en Colombia, a través de mesas de trabajo con amplia participación de la industria y terceros, así como la elaboración de documentos técnicos.

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Tres formas de implementar modelos de open banking

Existen actualmente tres formas de implementar modelos de open banking. En primer lugar, existen versiones que son basadas en la evolución natural del mercado, como es el caso de Estados Unidos, en el cual no ha existido una intervención regulatoria explícita.

En el caso de datos, por ejemplo, es posible como regla general autorizar a un tercero para el acceso de aquellos datos que están en poder de entidades financieras, lo cual puede fácilmente automatizarse de la mano de la tecnología. Por su parte, bajo la figura de “transmisores de dinero”, se hace posible la autorización de pagos por parte de consumidores y a través de terceros, logrando un efecto muy similar, aunque ciertamente no tan comprensivo como el de otras regulaciones de OB de más reciente desarrollo.

En segundo lugar, existe el modelo de adopción obligatoria como el del Reino Unido. Este implica básicamente la obligación de implementar APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones que faciliten el intercambio seguro de información) siguiendo los estándares técnicos establecidos por una agencia autorizada. Se caracteriza por la necesidad de otorgar cierto poder de regulación a una entidad privada, dentro de un marco de autorregulación a través de una institución empoderada para el efecto.

Y, en tercer lugar, existe la opción de obligar la adopción de APIs que permitan la interoperabilidad, pero dejando a los participantes de la industria, el rol de establecer directamente los estándares específicos que se aplican (Unión Europea).

En los países de América Latina, como Brasil y México, se vienen implementando marcos regulatorios de cumplimiento obligatorio de open banking. En Brasil, el Banco Central ha fungido como regulador, promotor y orquestador del esquema, estableciendo en una normativa del 2018, cuatro fases de implementación, a lo largo de 15 meses.

Por su parte, en México existe una “Ley Fintech” que obliga a las instituciones financieras a compartir datos de los clientes con terceros proveedores de servicios, y se va a establecer un modelo completo por el cual se definirán las reglas y normas emitidas específicamente para las necesidades que existan.

El caso de Colombia será diferente por la arquitectura institucional y el camino que se ha escogido. A diferencia de México dónde el modelo se implementó a nivel de Ley, sería el Gobierno y en desarrollo de su facultad regulatoria, quien establezca el marco de desarrollo. Chile es otro ejemplo en el que la reforma se llevará a cabo mediante Ley, la cual se encuentra actualmente en curso.

El Gobierno de Colombia ha venido estudiando todos estos posibles caminos, y escogerá al final el camino que más se adecue a la estructura de nuestro mercado financiero.

De una u otra manera, la fórmula para un modelo exitoso parece requerir un adecuado marco regulatorio que establezca ciertas obligaciones, pero también dejar un espacio para la coordinación entre la industria, incluso a través de modelos de autorregulación. Será un proyecto de modernización concreto en el cual se pondrá a prueba la capacidad de colaboración entre gobierno e industria. 

Mastercard hace parte de la Convención Bancaria 2022 que se lleva a cabo entre el 17 y el 19 de agosto de 2022 en el Centro de Convenciones de Cartagena.

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