Retos de inclusión y acceso a población Narp en la educación superior de Colombia

La población negra, afro, raizal y palenquera (Narp) aún siente barreras para acceder a una educación superior tanto de nivel pregrado como posgrado.

Jóvenes población Narp
Jóvenes ingresan a la educación superior. Foto: cortesía de Prosperidad Social.
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La población negra, afro, raizal y palenquera (Narp) aún siente barreras para acceder a una educación superior tanto de nivel pregrado como posgrado.

El reconocimiento de la experiencia de las Universidades Históricamente Negras de los Estados Unidos (HBCU´s) y su contraste con el caso de las poblaciones Narp en la educación superior colombiana abren la posibilidad del diseño de acciones para la inclusión y el fortalecimiento de la identidad cultural de estas comunidades.

El inicio del año académico en las instituciones de educación superior (IES) ha resaltado puntos críticos en la educación para la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera (NARP) en Colombia. Aunque hay cada vez más espacios para mejorar la participación de la población afrodescendiente en las comunidades universitarias, estos todavía no son suficientes para igualar la situación de la población colombiana en general.

Lo anterior hace parte de los resultados del estudio: “Características institucionales, de internacionalización e inclusión social en las HBCUS y las Instituciones de Educación Superior colombianas al servicio de las comunidades afrodescendientes”, realizado por el grupo de investigación CIDSE de la Universidad del Valle en el marco del desarrollo del proyecto: “Sensibilizando, construyendo puentes y fortaleciendo identidades más allá de las fronteras a través de la Internacionalización de las Instituciones de Educación Superior”, realizado en 2022, con la financiación de la Embajada de Estados Unidos, liderado por la Asociación de Universidades Colombia Challenge Your Knowledge (CCYK).

Este estudio busca abrir espacios a la conversación sobre la necesidad de vincular y retener a la población Narp en la educación superior, a través de reconocimiento de las experiencias de intercambio con las universidades HBCU´s en Norteamérica con sus pares colombianas.

“Según la CEPAL, sólo el 10.5% de los jóvenes NARP, de 25 a 29 años, han concluido sus estudios de educación superior en comparación al 18.5% de los colombianos no NARP. Este indicador da muestra de la desigualdad e inequidad a la que está expuesta la población afrodescendiente del país en el acceso y permanencia en la educación superior”, indicó María Paulina Vásquez, gerente del proyecto en CCYK.

El contexto colombiano en educación superior

Las principales dificultades encontradas en el marco del estudio radican en el acceso de los jóvenes estudiantes a la educación superior. Mientras el 18.8% de los colombianos entra a un programa universitario, según el censo nacional de 2018 del Dane, sólo el 14.8% de la población Narp logra acceder. Esta brecha se replica en programas de posgrado, con un 1.8% para afrodescendientes respecto al 2.8% de la población en general.

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Con el ánimo de abrir más espacios de vinculación, algunas universidades han adelantado proyectos de acción que permiten entregar cupos prioritarios a jóvenes que se identifican como Narp. El proceso iniciado por universidades públicas como la Nacional, la de Antioquia, del Valle y de Cartagena, a principios del siglo XXI, se ha ido extendido a las IES privadas.

En este sentido el 25% de las universidades privadas consultadas por CCYK, indicaron que cuentan con estos cupos para facilitar el acceso de jóvenes prometedores a sus programas académicos.

En el caso de las universidades públicas representan el 90.9% de los cupos preferenciales otorgados a población Narp, entre las 23 universidades que participaron en el estudio.

Desde la perspectiva de la protección a la identidad cultural y derechos de las comunidades Narp y, a pesar de la creación de la cátedra de Estudios Afrocolombianos a través de la Ley 70 de 1993, se evidencia que son pocas las universidades que han implementado esta catedra en su oferta académica.

Entre las IES que participaron del estudio realizado por CCYK, sólo cuatro han implementado esta cátedra. En sentido, se destacan las experiencias de las universidades del Cauca y del Valle. Otras, como la Universidad Autónoma de Occidente, han incluido en sus programas académicos una serie de cursos electivos que ofrecen un enfoque étnico-racial de manera transversal.

​Otras iniciativas pedagógicas, impulsadas por las IES colombianas, frente al racismo y en la búsqueda de generar espacios de inclusión se pueden evidenciar en el caso de la Universidad San Buenaventura a través de su propuesta de una “Universidad con Inclusión”, lo cual es una invitación a la comunidad universitaria para el reconocimiento y respeto de la diversidad cultural y de colores de piel.

En esta misma dirección, la Universidad Externado de Colombia desarrolla la campaña “Universidad Somos Todos” que exalta la diferencia y enfatiza en la importancia del valor que tiene cada persona en la Universidad (Encuesta CIDSE, 2022).

“Estas acciones pedagógicas y otras iniciativas que se pueden considerar antirracistas (o contra el racismo) son desarrolladas por el 26% del total de las IES que respondieron la encuesta”, agrega María Paulina Vásquez, gerente a cargo del Proyecto en CCYK.

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