Las relaciones comerciales de Colombia atraviesan momentos complejos debido a la dependencia histórica del país con Estados Unidos, especialmente en sectores clave como los hidrocarburos.
A esto se suma la reciente incorporación de Colombia a la Iniciativa de la Ruta de la Seda de China, que abre nuevas oportunidades, pero también impone grandes desafíos en términos de infraestructura, competitividad y diplomacia internacional.
En este contexto, en una entrevista con Valora Analitik, Raúl Ávila, economista y experto en Regulación y Comercio Internacional y Rafael Lafont, partner en Holland & Knight, destacan la importancia de que Colombia diversifique sus relaciones comerciales, buscando nuevos mercados que le permitan reducir su vulnerabilidad frente a cambios geopolíticos y económicos globales.
Según los analistas, aunque la diversificación puede ser positiva, debe ser cuidadosamente planificada para evitar riesgos derivados de disputas bilaterales y obstáculos logísticos.
Sin embargo, el último análisis de ANIF, concluyó que los países de América Latina y el Caribe que participan en la iniciativa de la Ruta de la Seda no han visto mayor crecimiento en su economía o exportaciones, ni una mejora en la balanza comercial con China.
Según el más reciente informe semanal del centro de estudios económicos, la llamada Belt and Road Initiative (BRI) o Ruta de la Seda no necesariamente conduce a un patrón de comercio con China más balanceado, de hecho, “se observa un aumento de las importaciones desde dicho país en la región”.
El informe muestra que, específicamente, los países de América Latina crecen 0,86 puntos porcentuales menos después de su adhesión a la Ruta de la Seda “quizás explicado por un aumento en el endeudamiento de los países que hacen parte de dicho programa, así como por la falta de transparencia de los programas de inversión”.
La dependencia de Estados Unidos y sus desafíos
Estados Unidos, tradicionalmente el mayor socio comercial de Colombia sigue siendo clave en las exportaciones del país, especialmente en productos como los hidrocarburos.
Sin embargo, Ávila señala que esta dependencia presenta riesgos considerables, especialmente cuando se observan fenómenos como las fluctuaciones de precios internacionales o las políticas proteccionistas.
“Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial por cuenta de varios productos, entre ellos los hidrocarburos, y eso obviamente tiene unos retos bastante grandes”, explica Ávila.
En este sentido, resalta que diversificar las relaciones comerciales con otros países podría ofrecer estabilidad a largo plazo, pero siempre y cuando no se frenen las relaciones con los socios actuales.
“Hay que buscar más mercados, mercados competitivos en los cuales podamos vender nuestros productos. Es importante diversificar nuestra vocación productiva, pero eso tiene que hacerse de forma estructurada y sostenida”, agrega el economista.

Por su parte, Rafael Lafont dijo en la entrevista con Valora Analitik que en el caso particular de la relación con EE. UU. todo esto puede generar tensiones, ya que se puede crear la percepción de que hay una intención, un giro político o un distanciamiento.
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“Estas serían las desventajas claramente, teniendo en cuenta que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y que, en la actualidad, lo queramos o no, nuestra actividad de comercio exterior depende en gran medida de este país”, expresó.
Y agrega: “No obstante, mientras se maneje con equilibrio y estrategia, sin rupturas, pienso que Colombia puede fortalecerse, atraer inversión de más países y ganar más peso a nivel global. Lo importante es que esto no se vea como “reemplazar a EE. UU.”, sino como ampliar el panorama. Hoy todos los países están buscando eso: tener más opciones y no poner todos los huevos en una sola canasta”.
El ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda: oportunidades y desafíos
La reciente incorporación de Colombia a la Iniciativa de la Ruta de la Seda de China ha generado expectativas de expansión comercial hacia el mercado asiático.
Sin embargo, Ávila advierte que este nuevo enfoque puede traer consigo una serie de complicaciones logísticas y económicas que deben ser cuidadosamente evaluadas. “Gran parte de lo que tenemos con China es una balanza deficitaria, donde nosotros importamos más de lo que exportamos”, señala Ávila.
Por lo tanto, ampliar la relación comercial con China podría significar un aumento en la dependencia de las importaciones si no se desarrolla una estrategia de producción exportadora sólida.
En ese mismo sentido, Lafont asegura que diversificar las relaciones comerciales es una estrategia lógica para cualquier país que busque reducir su dependencia de un solo socio.
“En el caso de Colombia, esto puede significar mayores oportunidades de inversión, acceso a nuevos mercados y mayor resiliencia económica. La entrada a la Ruta de la Seda con China, por ejemplo, podría facilitar financiamiento e infraestructura estratégica, y abrir puertas en Asia. Sin embargo, esta expansión debe gestionarse con equilibrio, evitando que se perciba como un distanciamiento de Estados Unidos, que sigue siendo nuestro principal socio comercial y aliado estratégico”.

La importancia de darle un buen manejo a las relaciones comerciales
El manejo de esta compleja red de relaciones comerciales requiere un enfoque técnico y diplomático altamente especializado.
Ávila señala que es esencial coordinar esfuerzos entre el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y la Cancillería para garantizar que las políticas comerciales sean coherentes y no terminen afectando negativamente a Colombia en su conjunto.
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“El gobierno tendrá que enfocar baterías en ver cómo se va a hacer ese relacionamiento de una forma bastante técnica y que no termine afectando la competitividad del país”, sostiene Ávila.
En este contexto, también enfatiza la importancia de tener claro el tipo de oferta exportable de Colombia y cómo se alinea con las demandas de los nuevos mercados, como el chino. “Debe haber una estrategia clara: qué productos, en qué volumen, con qué frecuencia y a qué tipo de mercado se quiere llegar dentro de China”.
Por su parte, Lafont sostiene que es importante reconocer que China no opera bajo los principios clásicos de una economía de libre mercado.
“Sus esquemas de inversión suelen estar asociados a reglas opacas, escasa transparencia y poca exigencia en estándares sociales o ambientales. Esto representa un riesgo si no se negocia con claridad y firmeza. La clave está en ampliar las relaciones sin sustituir alianzas, y en garantizar que cualquier nueva conexión contribuya realmente al desarrollo sostenible y a la autonomía económica del país”.
Retos logísticos y de infraestructura
A pesar de los esfuerzos por mejorar la infraestructura portuaria y la conectividad comercial hacia el Pacífico, el desarrollo hacia nuevos mercados, especialmente China, no será inmediato. Según Ávila, los retos logísticos como los costos de flete, los aranceles y la competencia con otros países en el mercado chino siguen siendo obstáculos significativos.
“Este desarrollo no se va a dar en el corto plazo, sino en un mediano plazo. Hay que tener en cuenta temas de distancia, aranceles, volúmenes de carga y cómo se va a llegar de manera eficiente al mercado chino”, destaca el experto.
En conclusión, ambos expertos reconocen que la diversificación comercial es esencial para reducir la dependencia de mercados tradicionales y aumentar la resiliencia de la economía colombiana. No obstante, advierte que este proceso debe ser cuidadosamente diseñado y respaldado por una estrategia clara que contemple los riesgos logísticos y diplomáticos asociados.