Un emporio culinario: De no tener financiamiento a ser el chef del Grupo Serrata con estrella Michelin

Félix Jiménez, chef ejecutivo y socio de los restaurantes Viva la Vida Bogotá y Cartagena y Omnia, del Grupo Serrata, contó su historia a Valora Analitik.

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Félix Jiménez, chef ejecutivo y socio de los restaurantes Viva la Vida Bogotá y Cartagena y Omnia, del Grupo Serrata, destacado en el mundo culinario, junto a su equipo de trabajo en Colombia, es el encargado de la creación de gran parte de la comida oriental de los menús de los establecimientos mencionados.

Jiménez, oriundo de Alfaro, España, estudió cocina y trabajó en diferentes ciudades de su país y en Francia, siempre enfocado en la gastronomía oriental, esto porque desde muy pequeño sintió atracción por la cultura y comida japonesa.

Entre sus reconocimientos están una estrella Michelin y dos soles Repsol, otorgados a su restaurante Kiro Sushi, ubicado en Logroño, La Rioja, España, fundado hace 10 años.

La Estrella Michelín

En conversación con Valora Analitik, Félix contó que en Mallorca empezó a trabajar en un restaurante japonés llamado Tahini y que fue una de las mejores experiencias de su vida. “Para mí fue increíble, pude empezar a trabajar con japoneses. La gastronomía japonesa, sabores, técnicas, movimientos, todo para mí fue increíble y como un sueño. A partir de ahí tuve que trabajar muy duro para aprender todo desde cero y con los años fui jefe de cocina”.

Luego de eso, la empresa lo mandó a Tokio con su maestro Yoshikawa Takamasa, quien se convirtió en una de las personas clave en el desarrollo de Félix.

Tras ese viaje de dos semanas, pero muy intenso, Jiménez trabajó durante un tiempo más en el restaurante, pero tenía en su mente cumplir su sueño: hacer una barra de sushi tradicional y antigua.

Félix Jiménez junto a su equipo de trabajo en España. Foto: tomada de @kirosushi.
Félix Jiménez junto a su equipo de trabajo en España. Foto: tomada de @kirosushi.

Debido a eso, regresó a Logroño para montar su primer restaurante; sin embargo, reveló que no fue nada fácil. “No tenía la economía para hacerlo, todos los bancos me cerraron las puertas, todos me decían que mi propuesta de montar una barra para 10 personas no era buena idea, nadie apostaba por mí”, contó Félix.

Pasó el tiempo y una empresa que ayuda a las personas a pedir créditos, lo ayudó. “Fue gracioso, esa empresa me dijo: es tan raro tu proyecto, pero se te ve con tanta fortaleza y seguridad en lo que quieres hacer que te vamos a avalar”.

Fueron unos 100.000 euros los que necesitó para montar su restaurante; según contó, al principio todo era muy justo y, en aproximadamente un año, logró tener estabilidad financiera y pagar el crédito que pidió para cumplir su sueño.

“Trabajé muchísimo, me organicé mucho con todo, con mis finanzas y mira, al poco tiempo, un año y medio, logré una estrella Michelin. Luego de eso, los directores de bancos que me negaron el crédito venían a mi restaurante y me ofrecían créditos, los mismos que me habían cerrado las puertas”, relató.

Luego de eso, Félix siguió trabajando junto con sus dos ‘camareras’ -quienes han estado con él desde el día uno-, y logró comprar un local en donde actualmente funciona Kiro Sushi, un restaurante con una barra para siete personas, en donde solo hay un turno por día y ofrecen una experiencia exclusiva.

Su inicio en Colombia

Sobre su llegada a Colombia, Félix contó que fue hace 9 años y que en un principio le dijo al Grupo Serrata que no podía porque la propuesta de Viva la Vida era cocinar para muchas personas y su concepto era distinto.

Restaurante Viva la Vida Bogotá. Foto: tomada de @vivalavidabog.
Restaurante Viva la Vida Bogotá. Foto: tomada de @vivalavidabog.

“Me fueron a buscar a España, me invitaron a Colombia, vine y aquí todavía no había nada de Viva la Vida, tuve muchas dudas. Cenamos en Serrata y ahí dije que sí porque me quedé alucinado con la puesta en escena y el ambiente”, explicó.

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Luego de eso, contó que de la mano de su equipo lograron hacer de Viva la Vida, Bogotá y Cartagena y Omnia lo que son hoy en día, unos de los restaurantes de comida oriental más reconocidos del país.

“Vengo dos o tres veces al año a Colombia; del resto, todo el tiempo estamos en contacto con el equipo. Cuando estoy acá vengo a enseñar las técnicas. “Estoy muy orgulloso de mi equipo de acá”, destacó Félix.