La escudería de Fórmula 1 Stake F1 Team Kick Sauber se vio obligada a retirar el nombre de su patrocinador principal, Stake, durante el Gran Premio de Países Bajos en Zandvoort. La decisión respondió a la estricta normativa neerlandesa, que desde enero de 2025 prohíbe la publicidad de apuestas en eventos deportivos.
Este no fue un incidente aislado; la escudería ya había competido sin el nombre de Stake en el Gran Premio de Bélgica en Spa-Francorchamps. En ambos casos, el monoplaza lució únicamente la marca Kick, demostrando la adaptación del equipo a las legislaciones locales. La escudería, que se convertirá en Audi a partir de 2026, ha manifestado su pleno respeto por la legislación de cada país anfitrión.
Patrocinios en la mira: el caso Sauber y las regulaciones internacionales
El problema de Sauber se extiende más allá de los Países Bajos. La escudería suiza enfrenta una investigación en el Reino Unido por supuestas infracciones publicitarias relacionadas con Stake. Según reportes de The Guardian, la Autoridad de Normas Publicitarias (ASA) está evaluando si la empresa de apuestas incurrió en prácticas ilegales al mostrar su logo en publicaciones visibles en territorio británico. Este proceso podría escalar hasta la Comisión de Juego del Reino Unido, con consecuencias potencialmente severas.
El riesgo financiero no se limita a la FIA. Las escuderías también se exponen a sanciones de los entes reguladores locales. En Países Bajos, por ejemplo, las multas por publicidad ilegal pueden ascender a 450.000 euros. Esta cifra, aunque menor que el máximo de la FIA, representa una pérdida considerable de capital para cualquier equipo. Es una clara advertencia de que la violación de las leyes nacionales tiene consecuencias directas y tangibles, más allá de las penalizaciones deportivas o el escrutinio de la federación. La suma de ambas multas podría representar un golpe económico significativo, obligando a los equipos a ser extremadamente cautelosos en cada mercado.
Las normativas en el deporte del motor son cada vez más estrictas, y las escuderías se enfrentan a un riesgo financiero cada vez mayor. Las multas impuestas por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) pueden ser significativas. Aunque el código deportivo de la FIA no especifica una multa exacta para infracciones publicitarias de patrocinadores, establece un límite máximo de un millón de euros para infracciones graves al código deportivo.
¿Cómo los equipos se adaptan a las legislaciones locales?
El caso de Sauber no es un precedente en la Fórmula 1. En años recientes, la escudería Ferrari tuvo que lidiar con problemas similares en su relación con el patrocinador Philip Morris International. La marca, que estaba presente en los autos como «Mission Winnow», se vio obligada a retirar su logo y el nombre de la compañía para varias carreras en la Unión Europea debido a las restricciones de publicidad de productos de tabaco. Ferrari tuvo que cambiar el nombre de su entrada oficial en la FIA y modificar la decoración de sus monoplazas en países como Australia y Francia para cumplir con la ley.
Esta constante adaptación demuestra la presión a la que están sometidos los equipos para equilibrar sus acuerdos comerciales con el cumplimiento de las normativas de cada mercado. La visibilidad global de la Fórmula 1 es su mayor activo, pero también la expone a un complejo entramado de leyes nacionales que no siempre son uniformes. La situación de Sauber es un claro recordatorio de que los contratos de patrocinio millonarios en el deporte del motor conllevan riesgos financieros y legales que deben ser gestionados con la máxima precisión.
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A medida que más países endurecen sus leyes sobre publicidad de apuestas y alcohol, es probable que se repitan casos como el de Sauber. El desafío para las escuderías será mantener sus ingresos comerciales mientras navegan por este cambiante paisaje regulatorio, buscando socios que no solo ofrezcan un capital significativo, sino que también sean compatibles con una estrategia flexible.