El cambio climático ya no es una amenaza lejana: es una realidad que marca las agendas económicas y sociales en todo el mundo. El 2023 fue el año más caluroso registrado en la historia, un hito que evidenció la urgencia de actuar frente a la crisis climática.
En este escenario, las empresas han pasado al centro del debate ambiental, no solo por su papel en la generación de emisiones, sino también por la capacidad que tienen de liderar transformaciones hacia modelos más sostenibles y responsables.
Más allá de las chimeneas
En Colombia, la conversación sobre contaminación suele enfocarse en las grandes industrias y sus chimeneas. Sin embargo, el impacto ambiental de las empresas no industriales es igualmente relevante: desde la gestión de residuos y el consumo energético en oficinas, hasta la logística, el transporte, la cadena de suministro y los proveedores.
Medir la huella de carbono se convierte así en una herramienta estratégica para cualquier organización que busque un camino real hacia la sostenibilidad. Esta huella refleja la cantidad total de gases de efecto invernadero que una organización genera de forma directa o indirecta, donde calcularla permite identificar qué actividades emiten más y, a partir de allí, tomar decisiones concretas para reducir el impacto ambiental, ganar eficiencia energética y optimizar recursos.
Este análisis no solo es un aporte al planeta, también se traduce en ventaja competitiva: empresas que gestionan su huella logran procesos más limpios, costos operativos más bajos y mejor reputación corporativa.
A pesar de ello, la adopción en el país aún es incipiente. Solo tres de cada 10 compañías gestionan su huella de carbono y cerca del 80 % ni siquiera la han medido.
Una tendencia global en crecimiento
A nivel internacional, cada vez más empresas incorporan la sostenibilidad en sus reportes y estrategias, reflejando un mercado más consciente que exige transparencia y resultados. Este enfoque fortalece tanto el compromiso ambiental como la reputación corporativa, generando confianza entre inversores, consumidores y comunidades.
Adicionalmente, la digitalización juega un papel decisivo en este proceso. Organizaciones que utilizan soluciones automatizadas tienen 2,2 veces más probabilidades de medir sus emisiones de manera exhaustiva y 1,9 veces más probabilidades de reducirlas de acuerdo con sus metas climáticas. Así, la gestión de emisiones no es solo una tarea técnica, sino una forma de conectar el éxito empresarial con la urgencia global de mitigar el cambio climático.
De la medición a la acción
Hoy, el 86 % de las compañías en el mundo sigue registrando e informando sus emisiones manualmente en hojas de cálculo, mientras que apenas el 22 % ha logrado automatizar sus procesos. Esa brecha abre una gran oportunidad para avanzar hacia modelos más ágiles, precisos y estratégicos.
En este escenario surge Carbonlytics, la solución de Inteia que acompaña a las organizaciones en su camino hacia la descarbonización, una plataforma que integra en un solo sistema el registro, la centralización y el análisis de datos de emisiones, alineando la gestión con la Ley de Acción Climática (Ley 2169 de 2021), la Resolución 0839 de 2023, el Acuerdo de París y la Estrategia de Carbono Neutralidad de Colombia. Además, ofrece reportes ejecutivos, tableros dinámicos y analítica avanzada para la toma de decisiones, junto con la posibilidad de contar con consultoría especializada en temas de descarbonización y sostenibilidad, todo con procesos diseñados para integrarse a la operación sin fricciones.
Sostenibilidad con valor estratégico
La sostenibilidad no es solo un deber ambiental, también ofrece beneficios económicos. El 25 % de las compañías que lideran acciones en este campo han logrado obtener hasta un 7 % de su retorno en beneficios. Con Carbonlytics, las empresas pueden medir sus emisiones en los alcances 1, 2 y 3 bajo estándares internacionales como el GHG Protocol e ISO 14064-1, generar reportes inmediatos y reducir costos operativos mientras fortalecen su reputación corporativa.
El futuro empresarial es bajo en carbono. Más que una obligación ambiental, avanzar hacia la descarbonización abre oportunidades tangibles de crecimiento, innovación y liderazgo. En Colombia, este esfuerzo representa además un aporte decisivo para cumplir la meta nacional de reducir en un 51% las emisiones de GEI a 2030.
En este camino, el ecosistema de Carbonlytics se consolida como un verdadero diferenciador competitivo para las compañías que asumen la sostenibilidad como parte de su estrategia y propósito, al ofrecer soluciones digitales automatizadas que facilitan medir de forma exhaustiva, reducir de acuerdo con sus ambiciones climáticas y transformar su modelo de negocio.
De esta manera, la sostenibilidad deja de ser una meta abstracta y se convierte en resultados medibles, ingresos nuevos y liderazgo climático. Es un paso necesario no solo para responder a la urgencia del planeta, sino también para garantizar la vigencia y competitividad de las organizaciones en un mercado que exige responsabilidad, innovación y visión de futuro.
Para más información sobre el ecosistema de Carbonlytics, los interesados pueden acceder haciendo clic aquí.