Los flujos de cartera hacia los mercados emergentes repuntaron modestamente en octubre de 2025, alcanzando los US$26.900 millones. Este incremento, que marca una recuperación respecto al ritmo de septiembre, fue impulsado por una fuerte rotación hacia la renta variable (acciones), mientras que los flujos de deuda (bonos) se moderaron.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) señaló que, si bien el repunte es un alivio temporal, persisten «líneas de falla clave» en el panorama general.

El monitor resalta que después de tres meses consecutivos de debilidad, los flujos de renta variable se dispararon a US$12.900 millones.
Los mercados emergentes, excluyendo a China, registraron el mayor impulso, con US$9.400 millones en entradas netas. Esta fue la cifra mensual más sólida para la categoría desde finales de 2023.
Solo en China, las acciones chinas por sí solas registraron US$3.500 millones en entradas netas.
Por su parte, los flujos de deuda se mantuvieron al alza, pero su crecimiento se desaceleró con respecto al mes anterior, de acuerdo con el IIF. Las asignaciones totales de deuda cayeron a US$14.000 millones.
El instituto explicó que la demanda de deuda en los mercados emergentes sigue impulsada por los altos rendimientos nominales y reales, aunque el patrón de flujos en octubre subraya la continua diferenciación del mercado.
Mientras China registró una salida de US$3.000 millones y solo US$500 millones entradas, los demás países en camino a ser desarrollados recibieron US$17.100 millones.

Desglose regional: Asia lidera y América Latina se recupera
Asia emergente lideró con US$16.500 millones en entradas de capitales, respaldada por un renovado interés en los mercados de renta variable y de deuda, seguida de Europa emergente, que captó US$3.800 millones, con Rumanía, Polonia y Hungría atrayendo flujos.
Por su parte, América Latina registró US$3.500 millones. Si bien los flujos de deuda se moderaron, la demanda de bonos locales en Brasil y México siguió contribuyendo positivamente.
Finalmente, la región de Medio Oriente y África del Norte registró US$3.000 millones, una ligera mejora general, aunque esto oculta una fuerte caída en los flujos de deuda, que cayeron de US$5.400 millones a US$2.200 millones.
El IIF concluyó que, a pesar del tono constructivo en las condiciones financieras globales —con los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. a la baja y la flexibilización de la política monetaria de la FED y los bancos centrales de los mercados emergentes—, las bases de los flujos actuales siguen siendo frágiles.
“Las nuevas salidas de China, la reducción del colchón de valoración en los bonos locales y la persistencia de salidas de fondos de deuda activos apuntan a un mercado aún dominado por la dinámica a corto plazo y la cautela de los inversores”, señaló el organismo.
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